Dos anuncios brillaron por encima del resto en la lista de novedades del E3 de Los Angeles (EE UU), la feria de videojuegos más importante del planeta: la nueva consola Xbox One X y la próxima edición del videojuego "God of War".
Cada año viajan hasta al centro de convenciones de la ciudad californiana centenares de medios especializados y generalistas desde todas las partes del globo. Todo para tomar buena nota de qué se va a jugar en los próximos meses en el mundo. Un cóctel explosivo de colas, aglomeraciones y expectación en un espectáculo que cada vez tiene más ingredientes de show y menos de técnica.
El E3 es ante todo una fiesta estadounidense. Y lejos del pragmatismo europeo o de la prudencia asiática, todo lo que allí acontece pasa por el tamiz de lo yankee: si se hace, tiene que ser grande. Cada año, las empresas se gastan auténticas fortunas con un sólo objetivo, impactar más que la competencia. Conciertos de estrellas del pop, actores famosos o suculentos regalos son el envoltorio de las conferencias. La locura llega hasta tal punto, que si es necesario fichar a José Mourinho para presentar el nuevo FIFA, el gran videojuego de fútbol, se hace y no hay más que hablar. Una estrategia de marketing clásica, como asociar una cara famosa a un producto, sigue funcionando a las mil maravillas.
A pesar de que este año no ha habido grandes anuncios y lejos quedan los tiempos en los que Miyamoto, premio "Príncipe de Asturias" en 2012, subía a los escenarios disfrazado de Link, en esta edición muchas miradas estaban pendientes de Microsoft. La nueva Xbox One X fue la piedra angular su proyecto. Desde hace meses, la compañía de Bill Gates viene cacareando que su nueva consola es la más potente de la historia. Ciertamente lo será, aunque por ahora no vendrá acompañada de grandes títulos. A un precio de 499 euros, llegará el 7 de noviembre a las tiendas. Una suma que parece alta para un hardware que apunta a elitista.
Sony también estaba en el punto de mira de millones de aficionados. Con pocas novedades, el nuevo "God of War" fue lo más llamativo. Se mostró a un Kratos, el protagonista del juego, más maduro y sobre todo, se explicaron algunas de las medidas jugables inherentes a nuestro compañero de aventura: el hijo del Fantasma de Esparta. Habrá que ver cómo encaja en pantalla un tipo famoso por su violencia, con la inocencia de un niño.
En cuanto a Nintendo, su papel en esa feria ha ido menguando con los años. Acostumbrada a marcar sus propios ritmos, se centró en sus licencias más conocidas. Entre ellas, Super Mario Odyssey, un nuevo Yoshi o el regreso de Metroid Prime, del cual solo se conoce su logo y que llegará en algún momento de 2018. La respuesta al eterno problema de la firma nipona sigue sin resolver: sus licencias "first party" fagocitan a las "third party".
A mayores de estas tres empresas, la conferencia del E3 también mostró otros juegos que seguro coparán la listas de ventas. Es el caso del nuevo "Assassin's Creed", esta vez ambientado en Egipto; "Call of Duty", que vuelve a sus orígenes y trasladará a los jugadores a la Segunda Guerra Mundial, el nuevo "FIFA", con Cristiano Ronaldo y Ronaldo Nazario en la portada o "Star Wars Batlefront 2". Una apuesta segura para los aficionados de la Guerra de las Galaxias, que podrán combinar con el estreno de la nueva película de la saga: "Los Últimos Jedis". También nuevas IPS que están destinadas a ser la casilla de salida para nuevas sagas como "Anthem" o "Way Out".
