Nueve de cada diez asturianos quiere que la llingua forme parte de los planes de estudio en las escuelas de la región. Así lo certifica la tercera encuesta sociolingüística de Asturias, cuyos resultados se adelantaron ayer en la Academia de la Llingua Asturiana.

La encuesta, realizada por el equipo Euskobarómetro bajo la dirección de Francisco Llera, se concretó entre el 30 de marzo y el 23 de abril de este año, con un total de 600 entrevistas realizadas a domicilio entre residentes en la comunidad autónoma mayores de 16 años. Los resultados se agrupan en cinco grandes bloques: identidad lingüística, destreza lingüística y alfabetización, hábitos lingüísticos, actitudes y demandas lingüísticas, y política lingüística.

En el primero de los apartados, relativo a la identidad lingüística, la conclusión más relevante es la desaparición "progresiva y casi total del estigma lingüístico entre los asturianos". Un 88% de los encuestados no consideran que expresarse en asturiano sea "hablar mal" y hacerlo en castellano "hablar bien". Además, sólo un 7% de los encuestados reconocen tener un sentimiento de vergüenza por expresarse en asturiano.

En cuanto a la destreza lingüística, un 90% de los encuestados afirma tener un conocimiento reseñable de asturiano, lo que supone ocho puntos porcentuales más que en 2002, cuando se hizo la anterior encuesta, y un 62% son hablantes. Lo más notable es, en todo caso, que un 25% asegura tener un nivel que le permite escribir en asturiano, lo que supone un incremento de 18 puntos porcentuales en estos quince años.

Respecto a los hábitos lingüísticos, los encuestadores constatan un avance significativo del asturiano como lengua para la relación social, aunque el castellano sigue siendo la lengua preferente. La transmisión lingüística intergeneracional se ha recuperado, y hasta un 34% de los encuestados (13 puntos más que en 2002, asocian el asturiano con su lengua familiar de la infancia.

En lo referente a las actitudes y demandas lingüísticas, un 51% de los encuestados se muestra predispuesto a que sus hijos aprendan asturiano. Una cifra positiva pero que supone un retroceso de 11 puntos porcentuales respecto a la encuesta de 2002. Mas esa pérdida de predisposición a garantizar la reproducción intergeneracional del asturiano no supone un incremento del rechazo a que los hijos aprendan la llingua, que permanece estable en el 19%, sino que refuerza las posiciones de indecisos e indiferentes. A juicio de Francisco Llera, esta situación puede deberse a cierto desgaste entre la población al no ver satisfechas las pretensiones de oficialidad, que apoyan un 53% de los asturianos.

Por último, la mayoría de los asturianos "cuestiona las limitaciones de la política lingüística autonómica", según concluyen los encuestadores. En concreto, un 64% de los encuestados consideran que las instituciones hacen poco o nada para conservar y promover el asturiano: un 14% piensa que "no hacen nada", un 27% que "hacen poco" y un 23% que "pueden hacer más". Pero lo más significativo es que un 91% de los encuestados consideran que el asturiano debe impartirse en las escuelas, bien como una asignatura optativa (70%), bien como una asignatura más (21%).

A la luz de estos resultados, Llera incidió en que los asturianos dejan claro que su lengua "es igual que la de los demás", en referencia a las otras lenguas peninsulares, y que "les gustaría que fuese tratada como las de los demás". Por ello, Llera no dudó en calificar de "patochada" las críticas del PP al plan vehicular del asturiano y una supuesta relación con la emergencia del nacionalismo. Por su parte, el presidente de la Academia de la Llingua, Xosé Antón González Riaño, insistió en que la Junta General debe tener en cuenta los resultados de la encuesta al aplicar sus políticas lingüísticas.