Un grupo de científicos japoneses de la Universidad de Tokio ha inventado un sensor electrónico que se puede adherir a la piel cómodamente para controlar el estado de salud de una persona a largo plazo. Fruto de esa investigación, publicada en la revista científica Nature, han desarrollado un sensor, construido a través de mallas elásticas, que no causa inflamaciones ni irritaciones al adherirse a la piel. Un problema habitual en este tipo de sensores, debido a la falta de transpiración. Los científicos japoneses han resuelto este problema creando una malla electrónica con materiales finos que evitan la sudoración y el bloqueo de aire en la piel, evitando además los posibles efectos fisiológicos.