Si el género zombi tiene un padre, ese es sin lugar a duda Geroge A. Romero. El director neoyorquino, de ascendencia cubana y lituana, falleció en Toronto a los 77 años a consecuencia de un cáncer de pulmón. Romero no deja únicamente con sus películas un legado de culto, sino todo un género con nombre propio que surgió a raíz de "La noche de los muertos vivientes" (1968). Esta película cambió para siempre el cine de terror e inspiró la industria del videojuego con títulos imprescindibles como "Resident Evil" o "Left 4 Dead".

El cineasta tuvo unos comienzos humildes, lejos del respaldo de la gran industria de Hollywood, que brillaba con sus millonarias estrellas en los sesenta. Un grupo de realizadores independientes entre los que figuraban Wes Craven, John Carpenter y el propio Romero encontraron un género en el que poder experimentar de forma libre y ampliar un universo de monstruos lejos de los clásicos de la Universal de los años treinta. Con tan solo 100.000 dólares de presupuesto, el fallecido director estrenó su primer filme, "La noche de los muertos vivientes", que bebía de uno de los grandes clásicos de la literatura fantástica del siglo XX, "Soy leyenda", de Richard Matheson. Esta película, rodada en blanco y negro, no solo introdujo a los muertos vivientes como principales antagonistas, sino que suponía una critica a la sociedad estadounidense de la época en la que se reflejaba la diferencia de clases o el consumismo. El filme recaudó 30 millones de dólares en todo el mundo, aunque el director no recuperó el dinero invertido porqué la productora no registró el filme y ahora es de dominio público. A partir de ese momento, se introdujeron las bases de lo que suponía un ataque zombi (término que se acuñó posteriormente): si te muerden, te infectas y para matar a una de esta criaturas solo vale disparar a la cabeza.

En los setenta, estrenó varias películas que no alcanzaron el éxito de su primera obra. Destacan "La estación de la bruja", "The Craziest" o "Martin", presentada en el Festival de Cine de Cannes de 1977 y que trata el vampirismo desde un punto de vista dramático y psicológico. El éxito regresó con la vuelta al género que él mismo había creado. En 1978 llegó "Dawn of the Dead " (en España se tituló "Zombi"), la secuela del gran éxito que había estrenado una década atrás y en la que colaboraba con el director y guionista italiano, Dario Argento. La cinta narra como un grupo de supervivientes se refugia en un centro comercial para sobrevivir a la plaga de muertos vivientes que infesta el mundo. Consiguió una recaudación en taquilla de 40 millones de dólares y está considerada una de las mejores películas de zombis de la historia.

En los ochenta, ya como un director consolidado, fue el encargado de dirigir "Creepshow" (1982), con guión de Stephen King, que presenta cinco historias diferentes basadas en cómics de terror de los sesenta. El buen recibimiento en la taquilla le animó a producir la serie de televisión "Historias del más allá", que, al igual que su última cinta, estaba inspirada en cómics de éxito como "Historias desde la cripta". En 1985 convirtió en triología su saga de zombis con "El día de los muertos".

Romero rechazó dirigir episodios de "The Walking Dead", la gran serie zombie de los últimos años, a la que criticaba por "explotar" comercialmente esta temática. "Por culpa de "Guerra Mundial Z" y "The Walking Dead", no puedo conseguir financiación para una película de zombis pequeña y modesta con intenciones sociopolíticas". La última vez que se puso tras las cámaras fue con "La resistencia de los muertos" (2010) .

El director estaba trabajando en sus últimos días en la post-producción de "George A. Romero Presents: Road of the Dead", en la que figura como como guionista.