Reifel, una pitón de 50 centímetros pero que podría alcanzar los dos metros de tamaño, se encuentra desaparecida desde el pasado viernes. Los padres de un niño de once años, que tiene a la serpiente por mascota, han denunciado su desaparición ante la Policía Local de la localidad valenciana de Torrent tras poner patas arriba su piso y comprobar que el animal no está en el mismo. Aunque sus propietarios aseguran que no es peligrosa ni venenosa, los vecinos de la finca en la que residen temen que la pitón haya escapado por las cañerías y pueda aparecer en el momento menos indicado por cualquier inodoro del edificio.

"Gente experta en reptiles y este tipo de cosas nos han dicho que no suelen irse muy lejos de su zona, en este caso el terrario, o acuden a una zona húmeda como el baño", explica Susana, quien no descarta que haya escapado por el váter o alguna tubería. "Hemos puesto cacharros con agua en todas la habitaciones y trocitos de comida, y nada", añade la madre del pequeño dueño del animal.

El niño apenas tenía la serpiente, una pitón alfombra o morelia spilota, desde hacía un mes. "La sacaba a pasear como un perro, es como su amiga", explica la madre. Los dueños tenían la documentación en regla para tener dicho animal exótico, criado en cautividad y comprado como regalo para su hijo de once años en una tienda especializada en mascotas de Torrent. "Le da para comer pequeños ratones muertos y trozos de pollo", explica la mujer señalando el terrario donde guardaba su hijo la serpiente, de pocos meses, de ahí su pequeño tamaño por el momento.

No obstante, este tipo de pitones adultas suelen alcanzar los dos metros de longitud y matan a sus presas por constricción. Sus dueños defienden que actualmente es inofensiva, aunque reconocen que tiende a atacar si no conoce a la persona. "Como mi hijo la sacaba y se la ponía por el brazo, a él ya no le atacaba", argumenta la madre.

El pasado jueves por la noche, después de que el niño estuvo jugando con el animal fuera del terrario, lo volvió a colocar dentro y se acostó a dormir. "Se ve que no cerró bien la tapa, no sabía que podía reptar por el cristal y empujar la tapa buscando aire", explica la mujer. Así, a la mañana siguiente, cuando el muchacho se despertó, comprobó que la pitón no estaba en su sitio.

Junto al terrario, en la habitación del menor, hay una ventana, pero no sabe si estaba abierta y podría haber escapado por allí, aunque se trata de un cuarto piso. En las proximidades hay un parque, lugar que peinó el pequeño junto a sus amigos esa misma mañana en busca de su serpiente.

Su madre no descarta que todavía esté en la casa escondida en algún recoveco, aunque incluso colocó rastros de harina en cada puerta y esquina, para que si pasaba por allí detectaran su movimiento, y tampoco han obtenido resultados. "He movido todos los muebles y he puesto el piso patas arriba y no sale por ningún sitio".

Temen que salga por un inodoro

Después de varios días de intensa búsqueda los dueños colocaron un cartel en el rellano de la finca alertando a los vecinos de la fuga de la pitón. Éstos, atemorizados, pusieron los hechos en conocimiento de la policía y acto seguido los dueños acudieron al retén para denunciar la desaparición del animal exótico, aportando a su vez toda la documentación del mismo.

"Pensábamos que la policía la había encontrado", asegura Susana. "Estoy segura de que aparecerá algún día, aunque como se pueden tirar meses sin comer, vete a saber cuándo". Los vecinos de los alrededores de la calle Pascual Romero de Torrent también desean que la pitón aparezca cuanto antes y no precisamente en uno de sus baños.