Dos de la tarde. El sol cae a plomo sobre la calle desierta. Ni un alma a esa hora de un viernes cualquiera. Sólo se oye el rítmico claqueteo de unos cascos sobre el asfalto. Podía pensarse que hablamos de una ciudad de Nuevo Mexico. Pero no. Es España. En cocnreto la localidad alicantina de Pilar de la Horadada. Y el caballo, porque de un caballo se trataba, se detuvo ante la ventanilla de pedidos en coche del Burguer King. Llegada la hora del almuerzo, las dos amazonas que paseaban a lomos del animal en una imagen que recordaba, quizás por la solanera, más una película del lejano oeste que otra cosa, pararon sin desmontar a pedirse una hamburguesa.

Una escena así no podía pasar desapercibida. Y algunos clientes no desaprovecharon la oportunidad de captar el momento, porque además el pedido fue atendido puntualmente, aunque no hay constancia de que la franquicia estuviera preparada para algo así.

En la información corporativa del local se dice que tiene capacidad para 132 comensales -se entiende que personas, de caballos no dice nada-, y la posibilidad de pedirte la hamburguesa y las patatas fritas desde el coche con el servicio AutoKing. Aunque, visto lo visto, podrían incluir sin problemas otros medios de transporte.