Cuatro de cada diez varones españoles y portugueses provienen de un único antepasado común que vivió en la Península Ibérica hace 4.500 años. Ésa es la principal conclusión de un trabajo conjunto elaborado por el Institut de Biología Evolutiva de, la de la Universidad Pompeu Fabra y del CSIC, y por la Universidad del País Vasco.

A este hallazgo se llega tras el rastreo, sustentado en pruebas de ADN de 3.000 hombres de la península ibérica y de Francia, de una variante del cromosoma "Y" denominada "R1b-DF27". Ya que el cromosoma Y sólo se transmite de padres a hijos es muy útil como rastreador en la genética de poblaciones.

Este cromosoma está presente nada menos que en el 70 por ciento de loa varones vascos estudiados. No obstante, Francesc Calafell, líder del estudio, declaró a la agencia SINC, que a pesar de la elevada frecuencia actual de esta variante del cromosoma en el País Vasco "las medidas internas de diversidad y las estimaciones de la antigüedad son más bajas en los vascos que en cualquier otra población, lo que descarta esta región como punto de origen de la variante". La hipótesis más plausible es que esta variante se haya originado hace entre 4.000 y 4.500 años en el noroeste de la península ibérica "condiciendo con el movimiento de oriente a occidente que se produjo en Iberia en la Edad de Bronce, cuando los pueblos ibéricos no indoeuropeos se establecieron en la costa mediterránea y en el interior porque los pueblos celtas ocupaban el centro y el oeste de la península ibérica", indica la agencia SINC.

Este "gen hispanoluso" tan característico también sirve para rastrear otros eventos migratorios a lo largo de la historia. Por ejemplo, esta variante que sólo se transmite de padres a hijos varones está presente en una frecuencia del 40% en Colombia, del 36% en Puerto Rico, del 10% en México y del 8% en Perú. En estos últimos casos, el porcentaje inferior refleja claramente una mayor mezcla de los colonos españoles con las poblaciones indígenas.