«Pasarán varios lustros antes de que Asturias pueda levantar cabeza si España entera no acude en su auxilio». Manuel Chaves Nogales.

Los textos imprescindibles que Manuel Chaves Nogales, José Díaz Fernández y Josep Pla escribieron sobre la revolución de Asturias en octubre de 1934, un capítulo clave de la historia española del siglo XX, ven la luz gracias a Libros del Asteroide, reunidos por primera vez en un solo volumen.

El libro, "Tres periodistas en la revolución de Asturias", lleva un prólogo del escritor Jordi Amat. Como explica la editorial, "la madrugada del 5 de octubre de 1934, animados por una convocatoria de huelga general que fracasará en el resto de España, los mineros de Asturias se alzaron contra las autoridades y tomaron el control de ayuntamientos y cuarteles de la Guardia Civil. Desde el gobierno de la República se optó por responder con toda la dureza posible para sofocar la «Comuna asturiana», que tardaría dos semanas en ser derrotada. El balance fue de casi 1.500 muertos, más de 2.000 heridos y más de 30.000 prisioneros. Manuel Chaves Nogales (1897-1944) y Josep Pla (1897-1981) -corresponsales de los diarios Ahora y La Veu de Catalunya- fueron dos de los primeros periodistas que pudieron entrar en Asturias una vez restablecido el orden republicano; desde allí contaron los sucesos acaecidos durante las dos semanas anteriores, en las que se llegó a acuñar moneda propia y ciudades como Oviedo quedaron destrozadas. José Díaz Fernández (1898-1941), para quien los hechos eran muy cercanos, publicaría al año siguiente el libro Octubre rojo en Asturias, un reportaje novelado sobre el mismo tema. Este volumen reúne las crónicas de Pla y Chaves Nogales y el reportaje largo de Díaz Fernández; tres puntos de vista que nos permiten volver sobre unos sucesos decisivos para la historia de España".

«Me conmueve el heroísmo de esos mineros que, sin pensar si van a ser secundados, se lanzan a pelear por una idea que va dejando de ser una utopía, sin pensar si son bien o mal dirigidos, ofreciéndole a la revolución la vida, porque es lo único que tienen», escribió José Díaz Fernández.

«Los sucesos de Oviedo cierran un periodo de la historia de la Península», escribió Josep Pla.

Amat cuenta en su prólogo: «En octubre del 34 convergieron dinámicas de degradación internacionales, nacionales y regionales, dinámicas de crisis económicas y políticas, partidistas y sindicales. Se acumulaba la conflictividad social, en el campo y en la ciudad. Existía un clima de tensión incontrolable, con violencia, en las calles. Entre las clases trabajadoras cundía la convicción de que tantas esperanzas depositadas en el cambio de régimen no habían implicado a la hora de la verdad un cambio en sus condiciones de vida. Y para acabar de tensionar el día a día, diversos medios sostenían una campaña de demagógica agitación propagandística. Nada favorecía, pues, la estabilidad sino más bien todo lo contrario. Como había profetizado Gaziel, la República se estaba quedando sin republicanos o, dicho con otras palabras, a los republicanos el régimen casi acabado de estrenar se les estaba escapando de las manos».