Bruno Sánchez-Andrade Nuño es hombre de mente universal y científico de altura; tan es así que en la ficha de Compromiso Siglo XXI, donde ha sido nombrado socio de honor, en el apartado de domicilio pone "sin residencia fija". Una de las evidencias es que ha vivido durante meses en Bután para dar clase de Data Science en una empresa de avellanas. Pero su actividad ha ido también hacia labores solidarias, como su trabajo durante años en una ONG de cambio climático o en otra cuyo objetivo era enseñar a programar a mujeres y niñas en Senegal y en China. Y entre tanta vivencia mantiene lazos inquebrantables con su región. Todo un referente de los emigrantes asturianos.