El cuarto disco de estudio de Sidecars, "el mejor" a juicio de esta banda madrileña, es una apuesta por un tipo de "rock exquisito y también crudo" para hablar de una relación que progresa "de la ilusión máxima al odio y la decepción", protagonizada por dos "locos de atar".

"Hay que estar totalmente loco para querer darlo todo por la música a día de hoy, porque es muy difícil, y rematadamente chiflado o dar con una persona igual de loca que tú para poder mantener una relación sentimental al mismo tiempo", comenta Juancho Conejo, vocalista y compositor del grupo en una charla con Efe, a propósito del corte que abre "Cuestión de gravedad" (Warner Music).

Íntimamente suya es esta historia armada musicalmente junto a sus compañeros, el bajista Dr. Gerbass y el batería Ruly, y templada por Nigel Walker como productor en la que es su tercera colaboración, esta vez con más margen de acción.

Junto a él han trabajado sin más maqueta que la guitarra acústica en una grabación que duró tres semanas en los estudios Casa Murada de Banyeres del Penedés (Tarragona), preparando "lo mejor que hubiesen hecho hasta ahora".

Se presenta con "Tu mejor pesadilla", sencillo que establece cierta continuidad respecto al álbum previo, el acústico "Contra las cuerdas" (2016), que después de 10 años de lucha en la música les colocó en otro estatus, en parte por el aval de músicos como M-Clan, Iván Ferreiro, Dani Martín y Leiva, hermano de Juancho, en parte por una gira por teatros que funcionó muy bien.

"Al actuar en estos espacios tocas ante un público que solo está escuchando y, al sentarnos a escribir canciones, hubo quizás una búsqueda de ese rock más exquisito en vez de ir tan al lío como siempre", cuentan.

Son cerca de cuatro años los transcurridos desde la publicación de su anterior disco con material inédito, "Fuego cruzado" (2014), tiempo suficiente para darle vueltas a las nuevas canciones y para trazar un álbum en el que se perciben distintas etapas emocionales.

"Muchos de los pasos que se cuentan recaen en lo que supone mantener una relación y estar de gira", confiesa Conejo sobre "el álbum más conceptual" de su carrera, un relato que se desarrolló entre Madrid y Galicia ("sí, un madrileño puede sentir morriña", asegura) y que va "de la ilusión máxima hasta el odio y la decepción".

Lo dice sin poder evitar el pudor de verbalizar en una entrevista la realidad que ha desnudado en temas como "Canciones prohibidas", proscritas más "para el autor, porque hay cosas que en un contexto cariñoso significan algo, pero que pueden ser tomadas como algo negativo hacia una mujer de cara al público", explica sobre el título del corte.

Como resultado componen un álbum en el que se respira la influencia de Los Ronaldos y Los Rodríguez, pero también del recientemente fallecido Tom Petty, "una de las más grandes" que han tenido jamás.

Cuando se enteraron de su muerte acababan de descorchar una botella de vino tras una semana de vacaciones previa a la vorágine de la promoción del disco. "La cerramos automáticamente, cogimos tequila y pusimos 'Full Moon Fever' con la intención de acabarnos la botella", relatan.

"Petty tenía un cancionero sin un estilo fijo, con temas más pop, más blues... Eso es lo más importante que hemos aprendido de él: que las canciones mandan por encima del estilo", subrayan.

Su gira, que arrancará el 16 de octubre con un concierto especial en la sala But de Madrid, ya cuenta con éxitos anticipados como los dos conciertos que realizarán en febrero en la sala La Riviera de la capital, con la primera fecha agotada.

"Nos gusta tener objetivos cercanos, más allá de llenar Las Ventas, que siempre será un sueño a cumplir. Nuestro próximo reto es el formato Ring del WiZink Center, pero no es una obsesión, vamos a disfrutar de lo que hay", dicen ante una agenda que, entre otros lugares, incluirá paradas en Murcia (sala REM, 12 de enero), Granada (Industrial Copera, 13 de enero) y Valencia (Moon, 19 de enero).