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AQUILES TUERO | Promotor cultural

"El desfile de 1987 de Gijón por Nueva York fue emocionante; no cobré nada y fui feliz"

"Vamos a conmemorar la efeméride hoy en el Jovellanos con un concierto que difícilmente se repite: con Carlos Álvarez, Jorge León y Rocío Ignacio"

Aquiles Tuero, en Begoña. MARCOS LEÓN

Se cumplen treinta años del paseo triunfal por las calles de Nueva York de una delegación gijonesa, encabezada por el entonces alcalde, Vicente Álvarez Areces. Su promotor, Aquiles Tuero nos cuenta la génesis de aquel proyecto que hoy se recordará en el Jovellanos con un recital de grandes participaciones, como el barítono Carlos Álvarez, que supone además la inauguración de la temporada de la Sociedad Filarmónica de Gijón.

- Treinta años desde que Asturias se paseó por la Quinta Avenida de Nueva York, ¿lo recuerda todo?

-Sí, absolutamente.

- ¿De quién partió la idea?

-Un día de 1981, Paco Ignacio Taibo y yo nos encontramos en la Quinta Avenida, de casualidad. Él, en aquel momento era el jefe del gabinete de prensa de López Portillo, el presidente de México. Nos abrazamos, y seguimos caminando juntos. Al llegar ante la catedral de San Patricio, vimos un puntu que estaba tocando la gaita; era irlandés. Paco dijo "¿por qué no traemos a los gaiteros de Asturias para que se enteren de lo que es una gaita?" Yo respondí, "eso está hecho". Fue el principio de todo. Yo regreso a España y de repente me visita en el hotel el fundador y director de "Aires de Asturias", Luis Alonso, fotografiado muchas veces por Joaquín Fanjul; era igual que Charles Chaplin. Iba y venía entusiasmado con la idea. Yo había hablado con la presidenta del Desfile de la Hispanidad en Nueva York, Melba Alvarado, y me dijo que tenía que acudir el alcalde, el mayor, como ellos dicen. Llamé a Tini; éramos muy amigos desde pequeños, yo le trataba como Vicentín y él a mí como Quilo. "Eres el mariscal, debes encabezar la comitiva", le dije.

- ¿Y qué respondió?

-"¿Qué voy a hacer yo en Nueva York?" Pero le convencí. Iba a presidir el desfile el alcalde de la ciudad, Edward Koch, el fundador de los desfiles, o las paradas, como las denominan. Se empezó a organizar todo, la Caja de Ahorros de Asturias patrocinó los viajes y Cruz Morala, el concejal por el CDS que se murió, había trabajado para Iberia en una agencia de viajes y se encargó de montar toda la logística hotelera. Le dije al cónsul de España en Nueva York, Manuel Sasot, que había que ir a buscar al Alcalde al aeropuerto, porque era una figura, catedrático de matemáticas, ingeniero técnico, muy inteligente y de izquierdas como él. Dijo que no tenía coche, y entonces recurrí al chofer que usaba yo, Gabrielle, y lo fuimos a buscar al aeropuerto, venía con su novia de entonces Marisol Saavedra, y con el doctor Enguita y Fernando Taylor, ambos concejales. Se alojaron en mi hotel.

- ¿Dónde era?

-Frente a Central Park, en la misma acera del Plaza. Ahí tenía yo mi oficina y a todo el mundo lo recibía allí. Al día siguiente se inició el desfile, fue muy emocionante. En 1992 lo organicé otra vez, pero no fue tan importante como el primero. "Aires de Asturias" también fueron invitados a participar de la fiesta de aniversario de la fundación de la ciudad de Alburquerque, en Nuevo México.

- ¿Cuánto cobró usted por la organización?

-Buena pregunta. No cobré absolutamente nada; me sentía feliz. Aunque yo podía haber dicho "os cobro tanto por esto", no lo hice; es más, hubiera pagado por ello. Eran unos años muy buenos para mí, estaba en un momento culminante. Ni un duro cobré. Fuimos a comer con los Taibo, aunque habían pasado seis años desde el encuentro en la Quita Avenida.

- ¿Seis años tuvieron que esperar?

-Sí, pero era yo el culpable, no acababa de arrancar. Cenamos en el restaurante Harlequín, con varios asturianos.

- En una foto aparece Juan Negrín, ¿qué tenía que ver con el asunto?

-Era hijo del presidente de la II República, y amigo mío. Se había casado con Rosita Díaz Jimeno, una actriz que hizo en Hollywood la película "Angelina o el honor del brigadier", basada en una obra de Jardiel Poncela, y muchísimo teatro; era menuda, pizpireta y graciosa. Él ya estaba viudo, y le invité, cosa que chocó a algunos.

- Ahora las efemérides va a celebrarse con un concierto.

-Sí, hoy en el teatro Jovellanos, a las ocho y media. Para mí tiene una gran importancia. Interviene el mejor barítono español de todos los tiempos, Carlos Álvarez, maravilloso, un número uno, está considerado entre los tres mejores del mundo. Ha agotado todos los adjetivos y ha cantado en los mejores teatros. También viene el tenor canario Jorge de León, es el tenor de moda en España, da unos agudos bellísimos. Acaba de venir de Berlín de cantar "Aida", tiene una voz extraordinaria. Y luego está la soprano, Rocío Ignacio, es muy guapa, yo la llamo "million dolar baby", porque siempre está haciendo gimnasia. Cantó en una fiesta de Kike Figaredo, en el palacio Bauer.

- ¿Y el programa?

-La primera parte está dedicada a la opereta, "West side story", "La viuda alegre"? La zarzuela ocupará la segunda parte, acompañados de un pianista famoso, José Antonio Álvarez Parejo, tiene más de setenta años. Era el pianista de Teresa Berganza. Y la tercera parte será sólo Verdi, harán dúos, solos? Es un concierto que difícilmente se puede repetir, no es fácil reunir a las estrellas del momento, es un lujo. Tienen preparadas varias propinas. Gijón no puede darle la espalda a este concierto, el Ayuntamiento ha hecho un gran esfuerzo, y de modo especial, la Alcaldesa.

- ¿Las entradas tiene precios populares?

-Son baratísimas comparándolas con lo que costarían en Salzburgo, o en Frankfort o en París, por ejemplo. Valen, 50, 40 y 30 euros. Gijón ha tenido una tradición musical importante pero Gabino de Lorenzo le comió la tostada. Le merendó el epicentro de la zarzuela.

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