Karen Armstrong asegura que el estado ya no es capaz de parar la violencia, es una de las afirmaciones que pronunciaba esta mañana ante el numeroso público que abarrotó la biblioteca del edificio histórico de la Universidad de Oviedo. La escritora británica ha reconocido que vivimos un momento muy difícil. "Lo hemos visto en Londres y Barcelona, un coche puede concertirse en un arma, no hace falta un plan elaborado". Detrás de muchas de estas actuaciones yihadistas está "el colonialismo británico que destrozó estas religiones", recordó Armstrong. "En 1930 los soldados británicos quitaban los velos a las mujeres con bayonetas, no estamos hablando sólo de intolerancia religiosa".

La teóloga ha abogado por mantener la cabeza fria y analizar la situación actual desde una perspectiva más amplia. "El yihadismo se exacerbó por un asalto sostenido por parte de occidente. Los jóvenes que se unen al Daesh lo hacen movidos por un sentimiento de exaltación similar al que se vivía en las cruzadas". Ese sentimiento de exaltación es que, según Armstrong mueve al nacionalismo. "La nación ha sustituido a Dios, ya no es respetable morir por tu religión pero sí por tu país". El énfasis por la etnicidad y el idioma es una de las partes negativas del nacionalismo que dificulta la entrada a personas "que no encajan en el perfil nacional". "Con el Brexit la tensión en Londres aumentó muchísimo", recuerda la autora, que añade: "siempre hay un problema a la hora de enfrentarnos a lo diferente a pesar de que vivimos en un mundo global, lo que pasa en Siria tiene repercusión en otros países".