Asturias, tierra abierta y generosa, os da, un año más, la bienvenida a esta ceremonia que quiere simbolizar los valores culturales, de entendimiento y de solidaridad que tan necesarios son en el mundo en que vivimos. Valores que refleja nuestro Premio de las Letras, Adam Zagajewski, en sus elocuentes versos:

"Solo en la belleza creada / por otros hay consuelo, / en la música de otros y en los poemas de otros. / Solo otros nos salvan."

Desde sus inicios, hace ya 37 años, nuestra Fundación, tras el impulso de mis tres predecesores: Pedro Masaveu, Plácido Arango y José Ramón Álvarez Rendueles, cuyo ejemplo he tratado de seguir, se ha hecho grande y con una singular proyección hacia el mundo.

Nada de todo esto hubiera sido posible sin la constante inspiración y apoyo de la Corona, que a lo largo de los años ha hecho suyas las inquietudes, los problemas y proyectos de nuestra institución; un apoyo que hoy agradezco, de nuevo y de la manera más especial.

Quiero dedicar unas palabras de especial gratitud a Su Majestad la Reina Doña Sofía, cuya presencia en este acto es para nosotros, además de un auténtico honor, una emotiva muestra de su respaldo. Majestad, una edición más, muchas gracias por vuestra asistencia.

Al volver la vista atrás, la perspectiva de lo avanzado en estos años nos hace ver el futuro con confianza. La Fundación encara ahora, tras haber sentido, como toda la sociedad, los graves problemas derivados de la crisis, una etapa llena de posibilidades, abierta a un mejor futuro, gracias, en gran medida, al apoyo de nuestros patronos y protectores. Es indispensable dar las gracias por su compromiso, respaldo y generosidad a quienes, año tras año, confían en nosotros y continúan alentando nuestras actividades.