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ALBERT RIVERA | Presidente de Ciudadanos

"Espero que las elecciones en Cataluña sirvan para parar el 'procès' "

"El nacionalismo ha tejido una red clientelar que ha llevado a que su ideología entre por todos los poros de la sociedad catalana"

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Llegada de invitados al Hotel de La Reconquista

Cuando habla de Cataluña, Albert Rivera (Barcelona, 1979) tiene discurso propio, intenso, curtido en mil y un batallas con los nacionalistas en el Parlament. Seguramente esa trayectoria tenga mucho que ver con el magnetismo que despedía ayer en los corrillos del hotel de la Reconquista, donde tuvo ocasión de departir, entre otros, con el Rey, Felipe VI, y con el presidente del parlamento europeo, Antonio Tajani. Entre medias, atendió a este periódico.

- ¿Esperaba otra respuesta de Carles Puigdemont?

-La verdad, no esperaba nada de Puigdemont porque le conozco desde hace muchos años. Es un independentista convencido y sabía que su respuesta no iba a ser pragmática ni realista. Y se lo advertí al Gobierno. Sabía que Puigdemont no iba a dar marcha atrás y que el independentismo está en manos de la CUP y de la NC y Ómnium Cultural. Ojalá me hubiera equivocado, pero teníamos claro que el artículo 155 era la única vía para restituir el Estatuto y la Constitución en Cataluña, con una salida democrática. Me alegro que hayamos llegado un acuerdo con el PSOE, que no quería aplicar el 155, y con el PP, que no veía claras las elecciones.

- Usted ha equiparado la actuación de la Generalitat con el 23-F y con el terrorismo. ¿No caben términos medios en esta escalada del conflicto?

-Uno puede reformar la Constitución de su país por cauces democráticos pero lo que no se puede hacer es saltarse las leyes y mucho menos un político, que debe velar por ellas. Aquí no hay un conflicto entre Cataluña y España, aquí existe un conflicto entre catalanes, donde una minoría muy amplia, con un cuarenta y tantos por ciento, está imponiendo un pensamiento único al resto. Y España como país debe proteger a los catalanes que no son separatistas. La única manera de parar esto es volver a la ley y dentro de la ley podemos hablar de todo. Yo estoy dispuesto a hablar con quien piensa diferente. Hay ejemplos en nuestra historia.

- ¿Cuál?

-Tarradellas y Suárez se sentaron a hablar y pensaban muy distinto. Uno era de Esquerra Republicana y el otro venía de la dictadura antes de fundar UCD. Me consta que no se llevaban demasiado bien pero en cambio se pusieron de acuerdo para un Estatuto de Autonomía y una Constitución. Es el camino. Aunque discrepes tienes que estar de acuerdo en la ley. El nacionalismo, lamentablemente, ha ido tan lejos que se ha echado al monte.

- ¿Y cuáles son las causas de que se haya llegado tan lejos?

-Cataluña no es un territorio sin autonomía, sin libertad y con opresión, como dicen los independentistas. Yo lo veo justo al revés. Desde los Gobiernos centrales, primero Felipe González, luego Aznar, Zapatero y ahora Rajoy, se ha ido cediendo siempre ante un chantaje político con escaños: como dependes de mí para ser presidente en La Moncloa, a cambio me cedes la educación sin control, me das la competencia sobre los medios de comunicación y las subvenciones. El nacionalismo ha tejido una red clientelar, ha ido creciendo y esas redes han servido para que su ideología entre por todos los poros de la sociedad catalana, hasta construir un Estado. La solución no pasa por seguir cediendo ante el nacionalismo sino por reconstruir nuestro modelo de país, contando con la mayoría de catalanes pero sabiendo que Puigdemont y Junqueras nunca van a estar contentos con este país, sea federal o autonómico.

- ¿No era suficiente con aclarar que no hay una declaración oficial de independencia?

-Nunca fui partidario del formato del requerimiento. El problema no era declarar o no la independencia, el problema fue saltarse las leyes desde el 6 y el 7 de septiembre, la semana trágica del parlamentarismo europeo. Se quitó la palabra a los líderes de la oposición, taparon la boca a los letrados y juristas del parlamento catalán, liquidaron el Consell de Garantías. Esa semana ya daba motivos sobrados para aplicar el artículo 155. El Gobierno esperó, dilató y se produjo esa suspensión de la declaración de independencia. Pero una nación europea no puede estar pendiente de una carta, de dime si has declarado o no la independencia; me parece hasta surrealista. Nos hemos perdido en la burocracia cuando lo grave es la violación de todas las leyes durante dos meses.

- ¿La aplicación del artículo 155 es un mal menor, dadas las circunstancias?

-El 155 es una solución constitucional, es una vía que permite garantizar los derechos y libertades que se están violando en Cataluña y permite dar certidumbre cuando, a pesar de la suspensión de la declaración de incertidumbre, han seguido saliendo empresas, mil en dos semanas. Ahora la NC llama a un corralito... La parte positiva es el cariño de toda la gente de España, que está dando una lección de civismo y de apoyo a los catalanes que no son separatistas, apoyo a la Constitución y al Rey.

- ¿Qué han pactado con el PP y el PSOE sobre el 155?

-Hemos pactado poner fecha a las elecciones catalanas en un plazo medio-corto, que sería a finales de enero, y mientras garantizar los servicios públicos, los derechos y libertades, la ley, la certidumbre, la seguridad jurídica. El 155 es la garantía para los ciudadanos ante un Gobierno que puede enloquecer, perder la cabeza o salirse de la ley. Y la garantía de unas elecciones libres, limpias y seguras. El garante de que ese proceso lo rija el Estado y no una autonomía declarada en rebeldía.

- ¿Unas elecciones son la solución o un episodio más para el lío, si los independentistas no están por la labor?

-Son parte de la solución y la única salida democrática. Espero que las elecciones sirvan para parar definitivamente el "procès" pero, pase lo que pase, cualquier presidente tiene que volver a la ley. No tiene pinta de que las gane Puigdemont. Vamos a tener que escoger entre Junquera y Arrimadas. Inés va a tener un papel fundamental para intentar sumar y consensuar desde la parte más moderada de Podemos hasta el PSC y pasando por el PP. Nos va a tocar hacer un gobierno muy transversal, algo que no es fácil pero Inés está muy capacitada.

- ¿No teme un boicot independentista o que la Generalitat promueva unas elecciones paralelas?

-Eso sería muy propio de Maduro pero creo que no lo van a hacer ni se puede permitir. Esquerra imagino que querrá ir a a las elecciones porque es la única manera para ganar a Convergencia. Aunque no lo digan hay actores en el independentismo que quieren pasar por las urnas más pronto que tarde. Sería paradójico ver que los que decían queremos votar ahora no dejen votar.

- ¿Cómo valora la estrategia del PSOE en relación a Cataluña?

-Hace cuatro días Pedro Sánchez me criticaba porque yo que quería aplicar el 155 y convocar elecciones. Me alegro de que haya rectificado, pero el problema del PSOE es cuántas veces rectifica al día. Iceta y el PSC mandan sobre el PSOE, que tiene un discurso territorial muy fragmentado, con un doble discurso: la posición de Felipe González o Javier Fernández es muy distinta a la de Francina Armengol o a la de Nuria Parlón.

- ¿Y la de Podemos?

-Podemos ha cometido el mayor error de su corta trayectoria y lo pagarán en las urnas. Que toda España te vea como el aliado perfecto y soñado de Puigdemont es muy difícil de entender para muchos españoles y catalanes. Y Colau se equivocó apoyando el 1-O. Hay que estar con la legalidad y con la Constitución y luego puedes defeder tu proyecto.

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