Tanto la celiaquía como la sensibilidad al gluten no celiaca, requieren de una dieta sin gluten estricta y de por vida como único tratamiento eficaz a día de hoy. Esto significa eliminar esta proteína de la dieta y sobre todo recurrir a alimentos que de forma natural no cuentan con ella, como pescado, verduras, frutas, huevos, carnes etc.

Pero, ¿qué es el gluten y dónde se encuentra? El gluten se encuentra en algunos cereales muy populares en las dietas occidentales. Se trata de una proteína tan barata que la industria alimentaria la utiliza para muchísimos productos, y evidentemente todos esos productos no son aptos para el consumo por parte de personas con celiaquía o sensibilidad al gluten.

En España hasta hace relativamente poco los cereales con gluten más comunes han sido el trigo, el centeno, la cebada, la avena y sus derivados: espelta, kamut y triticale. Sin embargo a día de hoy hay que poner un asterisco a uno de estos cereales: la avena.

Y es que de forma natural la avena es un cereal sin gluten, pero tradicionalmente ha llegado siempre al mercado contaminada, por lo que formaba parte del grupo de los cereales prohibidos para los celiacos. A día de hoy encontramos variedades de avena sin gluten en el mercado y éstas están específicamente etiquetadas como tales. Es decir, si encontramos avena con una etiqueta que indica que es "sin gluten", los celiacos en principio la pueden consumir. Si no indica de forma explícita que es "sin gluten", probablemente estará contaminada y no la podrán consumir. Aún así, los especialistas recomiendan siempre consultar con el médico o con un Dietista-Nutricionista antes de introducir la avena en una dieta sin gluten y hacerlo de forma paulatina.

Así, todos los productos elaborados con estos cereales mencionados no son aptos para el consumo de celiacos y sensibles al gluten. Hablamos de pasta, pizza, bollos, panes, dulces y un largo etcétera que los celiacos tendrán que buscar en sus versiones "sin gluten". Aunque esta proteína la podemos encontrar en todo tipo de productos procesados desde salsas hasta embutidos, pasando por helados, chocolates, etc. De ahí la recomendación siempre de los expertos que insisten en que la dieta sin gluten ha de basarse en alimentos que de manera natural no llevan gluten.

Ahora que conocemos la lista de los cereales prohibidos para celiacos, echamos la vista hacia el otro lado y nos encontramos con que a día de hoy existe una gran cantidad de cereales y pseudocereales libre de gluten con unas propiedades nutricionales estupendas para celiacos, sensibles al gluten y para todo el mundo.

El maíz es el cereal más asociado a estas patologías junto con el arroz, y son los que más se suelen utilizar para preparar bollería, pan y todo tipo de dulces. Pero encontramos en el mercado otros cereales estupendos, cuya popularidad no deja de crecer debido a la cantidad de beneficios que aportan a la salud. Nos referimos al teff, el famoso trigo sarraceno (también llamado alforfón), la quinoa, el amaranto y también el mijo. Es cada vez más frecuente encontrar panes con teff, con sarraceno, con sorgo que han sido elaborados en obradores 100% seguros garantizando la ausencia de contaminación cruzada y que por tanto son aptos para celiacos y sensibles.

Pero como ocurre con la avena sin gluten, estos cereales que de forma natural no llevan gluten deben estar etiquetados de forma específica como "sin gluten", "libres de gluten", "gluten free"€etc. Si en el etiquetado no lo especifica, o si incluye la leyenda "puede contener trazas de gluten", no serán aptos para el consumo de celiacos. Es decir, si encontramos un pan hecho a base de cereales sin gluten pero elaborado en un obrador en el que también elaboran panes de cereales con gluten en el mismo espacio, el primero no será apto para celiacos por la posibilidad de contaminación cruzada.

Más información: www.celicidad.net