A sus 75 años de edad y aún con mucho que decir en el ámbito de la música, debuta como pianista esta tarde en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo (19 horas) el músico de origen argentino Daniel Barenboim en las Jornadas de Piano "Luis G. Iberni".

En este primer concierto ovetense el premio "Príncipe de Asturias" de la Concordia en el año 2002 ofrece un recital para piano. Su actuación es "casi obligatoria" para cualquier aficionado a la música. De ahí la expectación que ha generado esta primera cita musical de 2018, cuyas localidades se agotaron hace dos semanas. Además del concierto de esta tarde en el Auditorio, con el que se inaugura su gira por España, están previstas sólo dos actuaciones más: en el Auditorio Nacional de Madrid y en el Palau de la Música Catalana en Barcelona.

El compositor Claude Debussy, del que este año se cumple el centenario de su muerte, protagoniza estos recitales y también el último disco de esta leyenda viva del piano del siglo XX.

Como director, Barenboim ha pasado por Oviedo al frente de la Orquesta West-Eastern Divan, que él mismo creó, en 2005.

Por deseo expreso de Barenboim, siempre comprometido con la educación musical, al recital de esta tarde asistirán cincuenta alumnos de Música que podrán presenciar la actuación del pianista desde el mismo escenario.

- Su primera actuación en Oviedo como pianista.

-Sí, vamos a ver cómo sale todo (risas). Se ha hecho de rogar y eso a pesar de que mi debut en España fue muy temprano, concretamente en el año 1958. Por aquel entonces yo ofrecía muchos conciertos en Barcelona, Madrid, Bilbao, Granada... El premio "Príncipe de Asturias" reforzó más la relación de Edward Said y la mía con España. Fue algo totalmente inesperado y nos sentimos muy halagados entonces.

- Explique las claves del programa que va interpretar.

-Claude Debussy es un compositor cuya música no está todo lo valorada que merecería...

- ...Algo que le sucede a muchos compositores.

-No a tantos; no de ese nivel. Hay que distinguir entre la calidad de la música de los compositores y su importancia histórica. Por ejemplo, Mendelssohn escribió grandes páginas, pero sin él la historia de la música se hubiera desarrollado igual. Hay compositores que no son tan perfectos, pero sí decisivos. Debussy cambió el ritmo de la música, por lo que su importancia histórica merece ser revisada y reconocida.

- ¿Podría relatar su día a día en Berlín, donde desarrolla gran parte de su trabajo?

-Hace pocos días estuvimos de celebración con la Staatskapelle, de la que me han nombrado director de por vida. No pude hacer más que agradecerles su amabilidad tras más de veinticinco años. Les dije entonces que seguramente me habían elegido porque no creían que iba a durar tanto. El regalo más grande que me han dado es que, después de tanto tiempo, siguen teniendo una enorme curiosidad por trabajar conmigo. Además de director musical de la Staatsoper, también estoy en la Academia Barenboim-Said, donde enseño y donde actualmente tengo la responsabilidad general de sacarlo todo adelante. Me he dado cuenta de que hay dos aspectos que van muy mal en el terreno de la enseñanza musical.

- Explíquese

-El primer problema es que no hay educación musical suficiente en las escuelas para los niños. Es imposible mantener la vida musical concertística si los adultos del futuro no conocen nada. La gente no se da cuenta de la importancia de la música en el desarrollo del cerebro de un niño. Es algo que está probado científicamente, que mejora la capacidad emocional y cognitiva. El segundo problema que veo es que aquellos músicos profesionales de gran talento no tienen la más mínima cultura no musical.

- Seguro que tiene en mente alguna solución.

-Para el primero he desarrollado un programa musical para niños de 6 años que el próximo año llevaré a cabo en colaboración con una escuela de Alemania. Es una cuestión de voluntad política y social, no de dinero, porque a la larga todas esas entradas vendidas a aficionados en un futuro revertirían en menos subvenciones públicas a las orquestas. La situación es dramática, pero no se circunscribe a un único país, es algo muy extendido. Después, dentro de la Academia, hemos incluido un departamento de Filosofía y no se acepta a nadie que tenga gran talento musical y ninguna inteligencia.

- ¿Qué nota usted que ha cambiado en los jóvenes músicos de hoy?

-Tienen mucha facilidad para acceder a la información y quizá por eso hay un menor interés por conocer lo que se ha hecho en el pasado más inmediato. Los jóvenes no prestan la atención que merecen las grabaciones de los maestros del violín de siglo XX, por poner un ejemplo, y eso se deja sentir en una falta de expresividad cuando tocan.

- Cambiando de tema y para concluir, ¿qué opinión tiene sobre los recientes acontecimientos en Israel?

-Creo que hay un error de comprensión en el conflicto israelí y palestino que Occidente no llega a entender. Ahora se habla de solucionarlo con dos estados, y yo me pregunto: ¿dónde está el segundo Estado? Creo que habría que obligarlos a ambos a negociar.