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Devoralibros

Fermín Salvochea, un ser de leyenda

Misterio, aventura, acción y brotes sobrenaturales y góticos en una novela de las que crean devoción

Roca, 18,90, 416 páginas

Marzo de 1873. La Primera República es una recién nacida. Fermín Salvochea se convierte en alcalde de Cádiz. No es un político cualquiera. Es anarquista. Y como tal actúa. Los pobres le adoran. Los ricos y el clero le odian. Es Historia. Pero un personaje así merece algo más. Merece, como leyenda que es, un torbellino de misterio, aventuras, acción y escalofríos. Que tiemblen las páginas.

"¿Cómo no dedicarle una novela?", se pregunta, nos pregunta Jesús Cañadas. "El alcalde del pueblo, el político de los pobres, el defensor de los necesitados. Todos estos títulos se le dan a Fermín Salvochea. Alcalde y anarquista. De familia rica, y sin embargo defensor de los necesitados. Se puso de parte de la gente los que expoliaban España en aquel momento: el clero, la monarquía, la nobleza, la política. Casi ciencia ficción, ¿verdad?"

Conozcamos mejor a este hombre: "Salvochea es casi un ser de leyenda, una de esas figuras más grandes que la vida que no tiene nada que envidiarle a un George Washington o a un Abraham Lincoln. Por eso me decidí a escribir una novela sobre él. Pero una novela que se moviera en las coordenadas que a mí me gustan: misterio, aventura, acción, un puntito gótico, unas gotitas sobrenaturales... el resultado es Las tres muertes de Fermín Salvochea".

Mezcla "la historia real del Cádiz del siglo XIX con un montón de leyendas locales, desde redes de túneles que usaban los piratas hasta hombres pez o espejos que eran puertas a otros mundos. Tuve que refrescar todas esas leyendas, que ya me contó mi padre cuando era pequeño, y empaparme de la historia del Cádiz de la época. Luego, cuando ya estaba puesto de todo, hice lo que me dio la gana con el material, le di la vuelta como a un calcetín recién lavado y desarrollé mi propia historia".

Muchas lecturas hay en sus páginas. El lector lo agradecerá, sin duda: "Hay quien prefiere leerla como un folletín, una novela de aventuras decimonónica en un Cádiz que nunca existió. Hay quien ha visto una lectura política. Una lectora me habló de una reinvidicación de la dignidad y la fortaleza femenina en una época en la que el mundo entero estaba empeñado en hundir a las mujeres a base de golpes, tanto físicos como simbólicos. Otros me han contado que lo que más les ha llegado es la relación de Juaíco y Sebastián, de ese hijo que tiene que hacer las paces con la imagen que tenía de su padre. Y a otros les gusta la acción, la aventura y el misterio gótico en un sitio tan luminoso como Cádiz".

Alto ahí, estamos ante uno de los grandes desafíos: "Convertir Cádiz en el escenario de una historia oscura. La gente asocia mi ciudad con luz, playa, pescaíto frito y chirigotas. Pero Cádiz es mucho más que eso. Muchísimo más. En su día fue un puerto importante, tanto de entrada al mediterráneo como de salida a las américas. Gente de todos los rincones de la tierra pasó por mi tierra y dejó un trozo de sí, a veces en forma de historias. Si Salvochea es casi un ser de leyenda, desde luego no es la única leyenda. Hay suficiente material en Cádiz para crear, como me señaló Félix J. Palma al leerla, una mitología del sur. Eso es lo que he intentado. Si he tenido acierto o no, lo dejo a manos de los lectores". Prueba superada.

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