La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Abanades: "Capturar CO2 y utilizarlo como combustible no mitiga el cambio climático"

El científico del Instituto del Carbón (Incar) lidera un análisis internacional según el cual lo más útil es "almacenar bajo tierra" el dióxido de carbono

Juan Carlos Abanades, durante una conferencia divulgativa en una cafetería de Oviedo. LNE

Capturar el dióxido de carbono (CO2) lanzado a la atmósfera es una acción muy beneficiosa para frenar el cambio climático, pero reutilizar ese CO2 para fabricar combustible para transporte no sería una medida eficaz en la búsqueda del objetivo último de mitigar el calentamiento global. Ésta es la conclusión de un estudio internacional liderado por Juan Carlos Abanades, ingeniero químico del Instituto Nacional del Carbón (Incar), emplazado en Oviedo y dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Según los autores de este trabajo, la estrategia más adecuada para proteger el medio ambiente consiste en "capturar el CO2 y almacenarlo bajo tierra de forma segura", subraya Abanades.

El concepto de captura y utilización de carbono se centra en separar el CO2 emitido en un proceso industrial y convertirlo en un combustible líquido utilizando energía renovable. Según Juan Carlos Abanades, este procedimiento "está siendo promovido por un buen número de investigadores y organizaciones como una forma de reducir la extracción de combustibles fósiles, y al mismo tiempo de reducir las emisiones de CO2 relacionadas con el cambio climático".

Sin embargo, el estudio publicado ahora en la revista "Energy&Environmental Science" concluye que esta estrategia de transformar el CO2 en combustible "tiene muy poco potencial para mitigar el cambio climático y podría incluso empeorar el problema en la mayor parte de los escenarios", subraya el investigador del Incar.

Energía renovable

Abanades hace hincapié en que el estudio que ha realizado con sus colegas de otros países analiza "el proceso completo" de conversión del dióxido de carbono, desde el principio hasta el final, un protocolo que requiere la aportación de hidrógeno o de electricidad renovable. "Siempre hay una alternativa preferible a la reutilización de CO2 para hacer combustibles", precisa.

¿A qué se debe que sean muchos los que apuestan por una vía ineficiente? "Los defensores de la captura y la reutilización asumen que toda la energía necesaria para transformar el CO2 es suministrada por un exceso de energía renovable, pero dicha energía no está disponible a día de hoy, y cuando lo esté en el futuro, la reducción de emisiones que se alcance será demasiado modesta", asevera Abanades, profesor de Investigación del CSIC, nacido en Guadalajara y afincado en Asturias desde hace 15 años.

Los autores del trabajo sostienen que el secuestro del dióxido de carbono, mediante su captura y almacenamiento permanente bajo tierra, "es mucho más competitivo y de mayor impacto en la lucha contra el cambio climático que la opción alternativa". Abanades indica que, aunque la utilización de CO2 a gran escala parece atractiva a primera vista, cuando se definen sistemas alternativos sin reutilización, usando los mismos ingredientes, los resultados revelan que "el concepto tiene limitaciones severas como medida de mitigación o estrategia rentable para reducir las emisiones de dióxido de carbono".

El investigador del Incar concluye que "lo que demostramos es que algo no funciona, que la opción más viable, aunque sea menos atractiva, es capturar CO2 y meterlo bajo tierra".

Compartir el artículo

stats