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Una figura clave de la Generación del 50

Ángel González, palabras sobre su palabra

Poetas asturianos evocan al maestro en el décimo aniversario de su muerte y destacan la nostalgia, humor, claridad y vigencia de su obra

Ángel González, fotografiado en septiembre de 1997. N. H.

Diez años sin Ángel González. Tal día como hoy fallecía a los 82 años el autor de_“Palabra sobre palabra”. La ciudad que le vio nacer le rinde hoy homenaje en el teatro Campoamor (19.00 horas). Como prólogo, LA_NUEVA_ESPAÑA ha invitado a poetas asturianos a que escriban en corto sobre un creador de larga sombra. ¿Su poema favorito? ¿Su vigencia? ¿Sus lecciones? Verso libre para recordar al Poeta.

AURELIO GONZÁLEZ OVIES

“‘Aquella luz’ de ‘Otoño y otras luces’ me confirma que Ángel González -así Horacio en su día- engarza como nadie las estampas de la naturaleza, inmortal y cíclica, con las caducas etapas del ser humano. Motivos paisajísticos, belleza del presente, y certidumbre de la muerte, fragilidad del día, tiñen su obra de un entusiasmo vital y una melancólica actitud ante la existencia que ya nunca podrán expresarse con la misma naturalidad y ni el mismo ‘angelirismo’”.

JORD DOCE

“El libro suyo que más releo es ‘Tratado de urbanismo’, que fue mi introducción a su obra. Hay ahí poemas memorables, como ‘Preámbulo a un silencio’, ‘Cadáver ínfimo» o ‘Chatarra’, pero me quedo con el primero, ‘Inventario de lugares propicios al amor’. Se habla mucho de su ironía y su tono cercano, como de conversación o confidencia. Pero a mí me conmueven también su rabia melancólica, el don que tiene para el verso lapidario, su radiografía feroz de los serviles y los acomodaticios. Creo que él se sintió siempre un outsider, un extraño, y este libro es la prueba”.

MIGUEL MUNÁRRIZ

“Ángel González recogió en ‘Tempus irreparabile fugit’ sus poemas sobre la percepción del paso del tiempo. Pero en ‘Ayer’ no es solo el tiempo el que se va sino que es el poeta el que recorre un día en su vida, desde la mañana a la noche. Y a pesar de la anodina desazón del relato, ‘A eso de las siete cruzó el cielo/una lenta avioneta, y ni los niños/la miraron’, lo culmina adjetivándolo irónicamente con las expresiones más excelsas. Sus poema sobre el paso del tiempo están escritos entre la nostalgia y la elegía”.

JOSÉ LUIS PIQUERO

“Me resulta sumamente difícil escoger un único poema de Ángel González, de quien tantos poemas me sé de memoria: eso sólo ocurre con los poetas que forman parte esencial de uno mismo. Casi por azar he recordado ahora ‘Artritis metafísica’, de ‘Prosemas o menos’, que empieza con humor, casi juguetonamente, para ir volviéndose cada vez más grave, hasta ese momento de emoción final, de conjuración de la nostalgia y el olvido. Más o menos como la propia existencia. Una gran lección, expresada con muy pocas palabras, acerca de la vida y su goce y su daño”.

JOSÉ LUIS GARCÍA MARTÍN

“Glosa y diatriba para un homenaje:

Si después de estar muerto, / le fuera dado al poeta Ángel González / el privilegio de volver a la vida, / ¿qué diría?

Acaso viese el mundo tan hermoso / como jamás lo había imaginado / y tal vez deseara / seguir en él para saciar sus ojos / con toda la belleza de la tierra.

Pero cuando mirara a los que quiso, / ¿qué vería?

Si un nudo de serpientes / ocupa el lugar del corazón, / si van y vienen palabras venenosas / entre los que quiso y le quisieron, / ¿qué diría?

Lo dejó dicho en un poema: que volver / del reino de los muertos / es hipótesis absurda / por fortuna”.

JAVIER ALMUZARA

“Ángel González, como quería su querido Antonio Machado, siempre supo dar doble luz al verso ‘para leído de frente / y al sesgo’, sin renunciar nunca a la claridad, esa elegancia del pensamiento que jamás confunde confusión y misterio. Su inteligencia sabía cantar, y lo hacía amargamente, con la grave lucidez del uso pleno de la razón. Era pesimista, como todo optimista bien informado, e idealista, como todo pesimista bien formado. Utilizaba el humor, no como un refugio o un arma, sino como una luz. Ángel González comprendía que lo que está bien pensado queda tanto más claro cuanto menos alto se dice, evitando así que la amplificación distorsione su verdad como un borroso equipo de sonido. Tenía fe en la palabra y confiaba en la belleza selecta de su precisión. Era dueño de una retórica culta, pero diáfana, que usaba con soltura los recursos más ágiles del prosaísmo. Esas lecciones están en la mejor poesía que se ha escrito en España desde Ángel González”.

RODRIGO OLAY

“Se ha repetido, y creo que con tino, que la popularidad de Ángel González entre muy distintos tipos de lectores se debe a su talento para escribir poemas muy accesibles -con un primer nivel de lectura muy, digamos, claro-, pero que simultáneamente revelan un trasfondo cada vez más rico y complejo. Personalmente, prefiero sus últimos libros, a partir de ‘Prosemas o menos’ (1985), y, si tuviera que quedarme con un solo poema, hoy elegiría ‘Luna de abajo’ (de ‘Otoños y otras luces’), que siempre me ha parecido una exquisita y delicada asunción de lo que de quebradizo hay en cada sueño”.

FRANCISCO ÁLVAREZ DE VELASCO

“Los aniversarios de los poetas sirven para que sus palabras no se pierdan en las aguas del olvido, pero el recuerdo suele reducirse a un picoteo efímero de los pocos poemas que uno atesora. Sin embargo, con los poetas de palabra viva, como Ángel González, el lector se siente movido a ir toda su obra. Y si -como dijo él- ‘el lector químicamente puro no existe’, la mejor lectura es la que lleva a recrear -palabra sobre palabra- en el tiempo actual del lector lo que el poeta nos dejó. Uno de los propósitos de su poesía fue ‘conocer y evaluar éticamente el mundo’. Por ello, hoy, en ‘este tiempo hostil’, uno de mis poemas preferidos es ‘Inventario de lugares propicios para el amor’.

ricardo labra

"Puede que Ángel González sea uno de los poetas más diáfanos y al mismo tiempo más complejos de nuestra literatura. En alguna ocasión llegó a decir que un poeta era un modificador del contexto. Y sí, siguiendo su aseveración se puede afirmar que su poesía ha modificado el contexto de la poesía española, reescribiendo nuestra mejor tradición literaria. La poesía del autor asturiano no puede compendiarse en un poema -por muy intenso que sea el proceso de jibarización al que se la someta-, ya que sus poemas mantienen un diálogo permanente con otros poemas desde los que no cesan de reescribirse sus significados. Un buen ejemplo de ello puede ser 'Cumpleaños', un poema anticipatorio que abre una precursora ventana a su poesía última y que precisamente por ello adquiere otra significación desde la lectura de los poemas de 'Deixis en fantasma' o de 'Nada grave'".

martín lópez-vega

"De los poemas que nos gustan decimos que tienen 'misterio'. Pero ¿qué es ese misterio? La capacidad de convertir el poema en una transmisión entre el lector y una cuarta dimensión que es pensamiento sin palabras: como la música. A veces lo hace estableciendo conexiones entre cosas aparentemente muy distintas: en este poema el corazón es una caracola cuya música es sólo un eco. En otro poema, de Montale, el corazón es un instrumento desafinado. Siempre la aspiración a la música: no por envidia del sonido (cosa de los malos poetas, siempre literales), sino de esa capacidad de alcanzar otra dimensión en la que el pensamiento se piensa sin palabras, y su conclusión no es un aforismo lapidario ni un estrambote sonoro, sino una verdad callada y pura como esta elegía, que afina el alma".

fernando beltrán

"Los poetas hacen trampas muchas veces, trampas para perder, por supuesto, para dolerse, para quejarse, para apiadarse de ellos mismos, sólo escriben de amor cuando han perdido?, por ejemplo. Ángel nos enseñó, sin embargo, en sus poemas, una sana y sabia mezcla de sentido común y vuelo aún... Y que las trampas tanto en el amor, la vida, la edad, la escritura, y hasta en el rencor que uno pueda acumular -y su historia dio para mucho- si se hacen, se hacen para ganar, para reír, para amar más, para abrigarse mejor?"

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