El patriarca de la familia Mercer es un discreto multimillonario que hizo su fortuna viendo en alogaritmos lo que otros no veían. Pero su apuesta por Donald Trump lo convirtió en una influyente figura en la derecha de Estados Unidos.

El imperio de Robert "Bob" Mercer no será conocido como el de los poderosos industriales Charles y David Koch, o como el del magnate de los casinos de Las Vegas Sheldon Adelson, a la hora de apoyar causas conservadoras.

Mercer, de 71 años, que trabajó como informático en IBM antes de unirse a Renaissance Technologies, siempre ha rehuido ser centro de atención. Sus conocidos dicen que es socialmente torpe y muy celoso de su intimidad.

En el explosivo libro de Michael Wolff sobre la Casa Blanca de Trump, "Fire and Fury", se lo describe incluso como "casi no verbal".

Mercer anunció abruptamente en noviembre que renunciaría como co-director ejecutivo de Renaissance Technologies debido al escrutinio de prensa no deseado provocado por sus actividades políticas.

En su carta de renuncia, Mercer también hizo sus comentarios públicos más extensos hasta la fecha, delineando los principios centrales de su filosofía libertaria.

"Creo que las personas son más felices y están más satisfechas cuando forman sus propias opiniones, asumen la responsabilidad de sus propias acciones y gastan los frutos de su propio trabajo como lo consideran conveniente", dijo.

"Esta es la razón por la que apoyo a los conservadores, que favorecen a un gobierno más pequeño y menos poderoso".

En su libro, Wolff se explayó en lo que llamó la doctrina Mercer. Dijo que la familia estaba tratando de construir un "movimiento político radical de libre mercado, pequeño gobierno, educación en el hogar, antiliberal, a favor de la pena de muerte, antimusulmán, procristiano, monetarista y anti-político en Estados Unidos".

Con su canoso padre entre bastidores, recae en Rebekah, de 44 años, la segunda de sus tres hijas, el papel de canalizar el dinero de la familia hacia causas conservadoras y mantener la línea directa con la Casa Blanca.

Mientras que los hermanos Koch y otros megadonantes republicanos se quedaron fuera de la carrera presidencial de 2016 por desacuerdos con Trump, los Mercer dieron considerables recursos al magnate de los bienes raíces después de apoyar inicialmente al senador de Texas Ted Cruz.

Donaron millones a las arcas de Trump y persuadieron a su equipo de campaña de sumar a dos figuras consideradas instrumentales para su victoria ante la demócrata Hillary Clinton: el ideólogo anti-Estado Steve Bannon y la encuestadora Kellyanne Conway.

Mercer, quien según reportes odia a los Clinton, es un antiguo mecenas de Bannon, que encabezó el sitio web de derecha Breitbart News hasta convertirse en director ejecutivo de la campaña electoral de Trump.

Cuando el presidente Trump cortó los lazos con Bannon furioso por comentarios en el libro de Wolff, fue un duro golpe para el exjefe de estrategia de la Casa Blanca. Pero el golpe de gracia a cualquier ambición política de Bannon llegó más tarde, cuando los Mercer le cerraron el flujo de caja.

"Apoyo al presidente Trump y a la plataforma con la que fue electo", dijo Rebekah Mercer en una rara declaración pública. "Mi familia y yo no nos hemos comunicado con Steve Bannon en muchos meses y no hemos brindado apoyo financiero a su agenda política, ni apoyamos sus acciones y declaraciones recientes".

La excomunión marcó el final de la colaboración de larga data entre la familia Mercer y Bannon, que había sido un jugador marginal en la política republicana hasta que una inversión de 10 millones de dólares de los Mercer convirtió su Breitbart News en una poderosa voz conservadora.

Se estima que la familia Mercer contribuyó con más de 100 millones de dólares a causas conservadoras durante la última década, incluido el financiamiento del Government Accountability Institute (GAI).

Rebekah Mercer preside la junta de ese instituto con sede en Florida, cofundado por Bannon y cuya misión declarada es erradicar el "amiguismo y la corrupción".

GAI es mejor conocido por un libro de 2015 de su presidente, Peter Schweizer, que criticaba mucho a los Clinton, titulado "El efectivo Clinton: la historia no contada de cómo y por qué gobiernos y empresas extranjeras contribuyeron a enriquecer a Bill y Hillary".

Además de financiar a Breitbart y GAI, los Mercer también invirtieron en Cambridge Analytica, una firma de análisis de datos políticos a la que se atribuye fuerte apoyo a Trump en 2016.

Aunque Bannon ha liderado las actividades políticas de los Mercer durante años, su retirada no parece disminuir la influencia de esta familia. Según The Daily Beast, antes de repudiar a Bannon, Rebekah Mercer habló por teléfono con el presidente Trump.