El Muséu del Pueblu d'Asturies acaba de completar la adquisición del archivo gráfico de la revista El Progreso de Asturias, editada en La Habana entre 1919 y 1961, formado por 5.405 fotografías y unos pocos dibujos, en su mayoría caricaturas, que son los originales que se publicaban en la revista.

Este archivo ha ido adquiriéndose a lo largo de los últimos diez años. Las últimas 1.682 fotografías acaban de ingresar en el museo como donación de un mecenas madrileño, que la hace a la memoria de su tatarabuelo Francisco González Fernández, natural de La Cruz de Paderne (Navia), que descalzo y con las alpargatas colgadas al hombro llegó a Madrid hacia 1870, donde se estableció y falleció en 1917.

El archivo gráfico de El Progreso de Asturias incrementa considerablemente los fondos fotográficos que el museo tiene de Asturias y los relacionados con la emigración de asturianos en Cuba. Las fotografías de este archivo ofrecen imágenes poco habituales de Asturias, y responden a los intereses que tenían los emigrantes por su tierra. Su conservación por parte del museo constituye un homenaje a estos miles de emigrantes que, entre 1875 y 1955, derrocharon una generosidad con su tierra de origen que la sociedad asturiana no puede olvidar, sufragando a su costa escuelas, carreteras, depósitos de agua o fuentes, y ayudando económicamente a sus familias.

El Muséu del Pueblu d´Asturies suma este archivo a una colección casi completa de la revista El Progreso de Asturias, una revista fundada en 1919 por Celestino Álvarez González (Villanueva, Boal, 1881 - La Habana, 1957), que la dirigió hasta su fallecimiento en 1957. La revista cerró en 1961. Fue una de las más importantes publicaciones periódicas dirigidas a los emigrantes asturianos que se editaron en la isla de Cuba y en América, y la más longeva de todas. Tuvo una gran difusión entre estos emigrantes y también entre los emigrantes retornados a Asturias. Se presentaba como "Defensora de los intereses de la colonia asturiana". Como la mayoría de las revistas de esta clase, tenía varias secciones. Una con las noticias de Asturias, que llegaban a través de numerosos corresponsales locales que relataban la vida cotidiana de los concejos: las fiestas, las romerías, los mercados, las bodas, los sucesos, las obras públicas, la llegada de personas y su marcha, las muertes, la política local, las cosechas, etc.; son noticias que no se encuentran habitualmente en la prensa asturiana, porque estas revistas editadas en La Habana iban destinadas a los emigrantes, que tenían unos intereses muy determinados y que estaban muy lejos de sus lugares de origen. Destacan en esta revista las noticias sobre la instrucción educativa y la construcción de escuelas, muchas de ellas escritas por maestros e inspectores de enseñanza.

En otra sección se informaba de las actividades y la vida social de la colonia de asturianos en Cuba, que era muy animada debido a las numerosas sociedades de emigrantes que había en La Habana. Por último, estaban los artículos de opinión y las colaboraciones literarias. Estas publicaciones daban mucha importancia a la ilustración gráfica e incluían numerosas fotografías que seguían la misma pauta que los contenidos escritos.

El archivo fotográfico de El Progreso de Asturias está formado por fotografías enviadas desde Asturias con vistas de paisajes, pueblos, calles de villas y ciudades, actividades y fiestas rurales, grupos y retratos, obras de infraestructuras y de modernización (puentes, carreteras, embalses); entre estas destacan las imágenes de grupos de escolares y de escuelas, muchas de ellas sufragadas por sociedades de emigrantes o por emigrantes individualmente. Hay numerosas tarjetas postales y fotografías hechas por fotógrafos locales, corresponsales de la revista y profesionales que ejercían como auténticos corresponsales gráficos. Destacan entre ellos los nombres de Modesto Montoto (Piloña), Manuel G. Alonso (Avilés), Benjamín R. Membiela (Cangas del Narcea), Fernando Menéndez (Malleza y Pravia), Julio Peinado y Laureano Vinck (Gijón), Cossent y Gómez (Luarca), etc.

Por otra parte, están las fotografías de fiestas, celebraciones, comidas y reuniones de las sociedades de emigrantes asturianos en Cuba, tanto de los Centros Asturianos que había en las principales poblaciones de Cuba, especialmente del Centro Asturiano de La Habana, la Sociedad de Beneficencia Asturiana o la Juventud Asturiana (sociedad deportiva) como de las numerosas sociedades de carácter local en las que se agrupaban los emigrantes por concejos, parroquias o pueblos de origen. Asimismo, hay numerosos retratos de emigrantes y de sus familias, y de los miembros más activos de las sociedades mencionadas.

Celestino Álvarez González, promotor y alma de El Progreso de Asturias, emigró a Cuba en 1894 con 13 años de edad. Recién llegado trabajó en una central azucarera. Más tarde, instalado en La Habana, trabajó en una bodega o comercio, una panadería y varios negocios tabaqueros. En 1904 entró a trabajar en la fábrica de tabaco de «Romeo y Julieta», propiedad del asturiano Pepín Rodríguez, de Colloto (Oviedo), y al poco tiempo se colocó como lector de tabaquería, que era el encargado de leer libros y prensa a los trabajadores de la fábrica mientras estos trabajaban, y en este empleo se jubilará en 1954. Fue socio fundador de la Sociedad de Instrucción Naturales del Concejo de Boal de La Habana y ostentó repetidas veces el cargo de secretario y presidente de esta asociación, que construyó a su costa más de veinte escuelas en Boal. En 1913, comienza a escribir en el Diario de la Marina, periódico dirigido por Nicolás Rivero, de Villaviciosa (Asturias), y en el que trabajaban muchos asturianos, y en el verano de 1919 comienza a editar El Progreso de Asturias, que dirigirá hasta su muerte en La Habana en 1957.