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VÍCTOR VALLE, "VITI" | JUDOKA

"Mi padre me metió en el judo y recortaba el periódico si salía yo, pero nunca fue a verme competir"

"Acabo de lograr el séptimo dan, con medicación, faja ortopédica y sacrificio porque tengo la espalda deshecha por los esfuerzos"

Víctor Valle, en el parque de la plaza del Fresno de Oviedo. LUISMA MURIAS

Víctor Valle Suárez, "Viti", (Oviedo, 1959), fue presidente de la Federación Asturiana de Judo de 1993 a 1995 y de 2012 a 2016, seleccionador nacional y tiene tres cargos en la junta directiva de la Federación Española. Acaba de conseguir el séptimo dan, grado que sólo tienen 5 asturianos más.

- ¿Cómo lo consiguió?

-Con analgésicos, antiinflamatorios, faja ortopédica y sacrificio. No sé si podré sacar más dan con exámenes. Me gustaría.

- ¿Y toda esa medicación?

-Llevo cuatro operaciones de espalda desde 2010.

- ¿Eso se lo hizo el judo?

-Sí. Hice muchos esfuerzos, no sólo en judo. Trabajé en un taller de soldadura hasta los 40 y las cargas de peso eran brutales.

- ¿Le duele?

-Continuamente, pero estoy habituado al dolor. Tomo analgésicos porque la alternativa es soldarme la columna, ponerme una chapa, e intento evitarlo porque eso se paga a la larga. Ya hice muchas burradas.

- Por ejemplo.

-El judo se compagina con musculación y pesas, y yo me pasé porque quise levantarlo todo.

- ¿Y la regla del judo de aprovechar el impulso del rival y conseguir máxima eficacia con el mínimo esfuerzo posible?

-Eso era para listos.

- ¿Usted era de pegarse?

-No. El judo me gustó mucho por lo marcial y los valores de respeto y educación. Da autoconfianza y autoestima, que sirven mucho a las mujeres que hacen artes marciales. Uno de mis fracasos es que no pude terminar un estudio sobre la influencia de las artes marciales en el "bullying".

- ¿Por qué?

-Porque al hacer judo no se meten con él, porque los valores que aprende le impiden abusar y porque si lo contempla va a intervenir porque es una injusticia.

- ¿Por qué fracasó?

-Me prepararon unos test amigos psicólogos de Valencia y de Navarra, pero no logré que los chavales me devolvieran suficientes tests cubiertos.

- ¿Cómo descubrió el judo?

-A los 11 años, obligado por mi padre. Le gustaba que hiciera deporte y conocía a Juan y a José Antonio Cecchini, que tenían un gimnasio pequeño. El tatami era una lona con viruta debajo y los viernes se estiraba la lona y se repartía bien la viruta. A mi padre le gustaba que hiciera deporte, pero murió sin verme competir.

- Un padre de los de antes.

-Sí. Recortaba el periódico cuando salía yo, pero no iba a verme. No sé por qué, ni quise preguntar.

- Un hijo de los de antes.

-Sí. Quizá me haya venido bien su ausencia porque, por el respeto que le tenía, habría sentido más presión, pero me hubiera gustado verle aparecer.

- ¿Cómo era Víctor?

-Íntegro, sus valores estaban por encima de todo y no quedaba mal con nada. Era muy cabezón, como yo, y cariñoso y familiar, aunque no lo demostrase.

- ¿Y Covadonga, su madre?

-Tiene 87 años y está muy bien. Apagaba los fuegos. Nunca me la daba para no perjudicar a mi padre, pero iba por detrás y le decía "no seas así".

- Dos cabezones juntos suelen acabar a cabezazos.

-Estuvimos ocho años sin hablarnos por el trabajo. Empecé a trabajar con 18 años en su taller y estuve con él hasta 1996, cuando puse un taller por mi cuenta.

- ¿Qué les reconcilió?

-Los años de mi padre. Tengo una hija y él la veía pero no coincidíamos. En la primera comunión de mi hija Marta la relación se calentó y fue más cordial, y luego todo lo que hacía yo le servía.

- ¿Cómo es su hija Marta?

-Tiene 25 años, estudió Logopedia y acaba Enfermería. A mí me hubiera gustado ser médico, pero no estudiaba como ella.

Viti estudió en los Dominicos hasta sexto de Bachiller. Era un alumno normal.

-Se me daba bien el baloncesto. Me fichó el CAU dos años. Mi padre me empezó a meter por el taller y me engañé un poco porque cobraba y era un poco independiente. Cuando se dio cuenta de que me abandonaba como estudiante me dijo que iba a trabajar y a estudiar. Me hice delineante y me fue útil para interpretar planos y llevar el taller.

- ¿Por qué dejó el basket?

-Una neumonía muy gorda me apartó del deporte y no me dejó ir a la mili. Me hubiera gustado ir. Me parecía una cosa de hombres. Volví al judo con Gandoy cuatro años después con el cinturón blanco porque temía no defender mi cinturón verde.

- ¿Cuándo abrió el gimnasio?

-A los 40 años, tras cerrar mi taller en 1996 por los impagados y sin dejar deudas. Daba clase de judo en colegios desde hacía seis años y quise cambiar mi vida para buscar tranquilidad.

- ¿Qué tal le fue al principio?

-Bien. Tenía sesenta alumnos del gimnasio en el que trabajaba. Arriesgué en que hubiera más actividades que las marciales -musculación, mantenimiento, aeróbic- e hice muchas horas de gestión y de ejercicio físico. Desde 2012 es un club con trescientos socios y tiene cinco personas contratadas. Llevo sólo gestión. Cuando puedo doy clases a niños.

- Fue seleccionador nacional cinco años para las candidaturas de Madrid de 2012 y 2016.

-Enseñando aprendí mucho.

- ¿Qué?

-Viaje a Hungría en un campeonato que coincidía con exámenes, y los chavales, entre 13 y 17 años, estudiaban en el avión. Y después de seis horas de entrenamiento también. De 365 días del año pasaba 200 y pico fuera.

- ¿Cómo pudo hacerlo?

-En el negocio dejé gente responsable y mi mujer, María José, apoyó mucho mi gran ilusión.

- ¿Desde cuándo se conocen?

-Desde los 18 años, que andábamos por Dickens y otras cafeterías de la avenida de Galicia.

En Asturias hay 2.500 licencias, el 60% gente de 3 a 16 años.

-Asturias está de la mitad de la tabla para arriba, más de lo que le corresponde por población. Tenemos más y mejores deportistas. Fallamos en los adultos.

- ¿Por qué?

-No tenemos capacidad de seguir preparándonos. Faltan compañeros, competidores que ayuden a mejorar. Asturias mandó un equipo a entrenar con coreanos. Casi nos los matan, pero así aprenden hasta dónde tienen que llegar.

- ¿Qué planes tiene?

-Tranquilidad y asegurar el día de mañana.

- Ha hecho mucha tarea de directivo, ¿qué aporta?

-Aúno opiniones y escucho.

- ¿El judo le dio buena vida?

-Me dio satisfacciones personales y para vivir hasta aquí. No necesito mucho. Fuera de lo profesional, salgo poco y no despilfarro. Ayudo mucho. Me gusta.

- ¿Qué tal ve Asturias?

-Con mucho potencial sin explotar. Como los asturianos hay pocos, somos abiertos, dinámicos, echaos pa'lante. Estoy orgulloso de ser asturiano.

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