Esta historia va de héroes. Pero de esos de los que no sabemos el nombre, no llevan capa y viajan en transporte público. "De esos que te devuelven la fe en el ser humano y en la juventud", explica Paco Gascó al diario Levante-EMV.

Paco fue testigo el sábado por la noche de la actuación de un joven "de unos 20 años de edad", que salvó la vida de un hombre que comenzó a sangrar de forma muy abundante por la pierna mientras viajaban en la línea 2 del metro de València.

Tenía lugar una imagen muy habitual hoy en los vagones de tren: todos los viajeros ensimismados en las pantallas de sus móviles. "De repente -cuenta Paco- cuando estábamos a la altura de Plaza de España, un hombre muy corpulento pide en voz alta un pañuelo para limpiarse la sangre que tiene en la mano". Cuando los compañeros de tren alzaron la vista, se dieron cuenta de que el problema no era la sangre de la mano, "sino el enorme charco de sangre que se estaba formando bajo sus pies, que crecía por momentos y que procedía de una de sus piernas".

Cuando apenas tuvieron tiempo de reaccionar el resto de los pasajeros, un joven vestido con un abrigo negro y una gorra, se levantó de un salto, cruzó el vagón, se quitó la bufanda que llevaba anudada al cuello y practicó un torniquete alrededor de la pierna del herido.

En seguida, otros viajeros se movilizaron: llamaron al 112 y desde el servicio de urgencias les instaron a que acompañaran al herido a la siguiente parada, Safranar, donde les estaría esperando una ambulancia.

Mientras, el hombre que sangraba dio una explicación un tanto confusa de lo que le había ocurrido. Según explica Gascó, "dijo que había tenido un accidente en un baño público y que se había cortado".

Después de ayudar al herido, el 'héroe' sin nombre, se limpió las manos con unas toallitas que alguien le dio y siguió inmóvil y callado hasta su parada: Paiporta.

"Lo que más me llamó la atención es que después de haber actuado de una forma ejemplar, nadie se lo agradeció", reflexiona Paco. Tanto él como el joven se apearon en el mismo lugar, así que "cuando pasé por su lado, le miré, le tendí la mano, que él apretó y luego me sonrió".

Cuando bajaron en la estación de Paiporta, el joven le adelantó hasta perderse por las calles de la localidad. "¿Cuántas veces nos habremos cruzado con héroes como él y no los reconocemos?", se pregunta Paco.

Esta historia la compartió el testigo en su muro de Facebook. Y lo hizo porque "en días en los que lo único que leemos son noticias negativas sobre los jóvenes, ver algo así te hace pensar que no están perdidos y es justo que a este chico, se le reconozca un gesto tan noble". De acuerdo. Pues vaya entonces este reconocimiento al héroe anónimo de la línea 2.