La tristeza aguardaba a Antonio Gamoneda en su domicilio leonés, al que retornó en la noche del martes, tras un viaje. Tenía la inesperada forma de un correo electrónico, cargado de funestas nuevas: "Alejandro Mieres ha muerto". El poeta, en conversación telefónica con LA NUEVA ESPAÑA, se mostraba ayer triste, domeñado por el dolor: "Siento una gran pena", afirmaba. No es para menos: Mieres, el artista, era para el un gran amigo al que admiraba por algo más que su talento con los pinceles.

"Le conocí en 1969 o 1970. Yo llevaba una galería de arte institucional, no privada, y él participaba en una exposición, colectiva, si no me equivoco. Nos hicimos muy amigos, fueron casi cincuenta años de amistad", relataba Gamoneda. De la trayectoria pictórica de Mieres, el poeta destaca su condición de "figura clave, incluso de maestro para las generaciones posteriores porque, les influyera su pintura o no, era un hombre que funcionaba mucho en términos de solidaridad colectiva".

Gamoneda colaboró en el catálogo de la exposición que, en 2016, le dedicó a Mieres el Museo Barjola de Gijón: "Llegó la noche y no quiero dormir sin memoria". También en la muestra "Alejandro Mieres y 'Los Extremófilos'" que, entre el 24 de noviembre de 2017 y el 7 de enero de 2018, se le dedicó en la Fundación Díaz-Caneja, de su Palencia natal. "Fue una exposición muy guapa, un homenaje un poco como extensión del de Gijón", explica Gamoneda.

Por su parte, la Asociación de las Artes Visuales de Asturias se unió al duelo por un artista que "fue maestro de muchas generaciones", según lo describe la presidenta de la entidad, Consuelo Vallina.