Luz Casal pone fin a cinco años sin canciones originales con el lanzamiento de Que corra el aire (Warner Music, 2018), un nuevo disco producido por Ricky Falkner, colaboraciones como las de Jairo Zavala (Depedro) o El Twanguero, y canciones propias mezcladas con otras de Conchita, Pablo Cebrián, Cristina Plaza o Yadam. La guinda la pone una versión de Mari Trini.

"Me cuesta dar por finalizada una canción", admite a Europa Press la artista asturiana, quien además reconoce que siempre le ha "dedicado el tiempo necesario a los discos" sin preocuparse de si "pasan dos, tres, cuatro o cinco años". "También he hecho algún proyecto paralelo y he actuado por el mundo. Es un proceso lento, pero me gusta y lo disfruto hasta que llega el momento de decir hasta aquí hemos llegado", apunta.

Y una vez que decidió que era el momento, se puso manos en manos de Ricky Falkner, productor conocido por sus trabajos con Love of Lesbian, Sidonie o Quique González, y que ha conseguido, según la propia Luz, un sonido "como sencillo, espontáneo, pero con unas sonoridades muy logradas para cada tipo de canción, a pesar de ser distintas en origen y géneros".

"Nos sobraron días de estudio en la grabación" revela la cantante, tan orgullosa con el resultado final que, tras preguntarse a sí misma si lo que va a decir "queda frívolo o demasiado habitual", finalmente lanza: "Tengo la impresión de haber hecho el mejor disco de mi vida. En lo que se refiere a hacer canciones, me he quedado muy satisfecha sintiendo que está realmente bien. Estoy segura de que he hecho canciones poderosas, me veo cantando algunas mucho tiempo".

En Que corra el aire, Luz se pasea con elegancia desde el rock de la canción titular hasta boleros 'marca de la casa' como Quise olvidarte. "Pero hemos conseguido que las canciones estén muy unidas y no te planteas si son de tal o cual género", defiende ella, para acto seguido recalcar que "en la música, las canciones están por encima de todo". "En la música, la importancia de una canción es capital y todo lo demás es secundario", insiste.

Y aún profundiza más al afirmar que si una canción es buena te puedes olvidar del género, "de su origen y de quien la ha compuesto, incluso de ti misma". "El caso es que cuando cantas esa canción pasa algo y ese algo llega a gente muy diversa", resume, tanto refiriéndose a la variedad de géneros como a esa mezcla de canciones propias con ajenas que conforman su nuevo álbum.

"Es que para mí la libertad es esencial. He hecho y grabado siempre lo que me ha dado la gana en las condiciones que me parecían más ideales dentro de mis posibilidades. Eso lo he demostrado casi de todas las maneras posibles. Cuando decidí grabar las canciones de Pedro Almodóvar es que quería hacerlo porque me apetecía ese reto como intérprete y mira las consecuencias", argumenta.

En esta línea, confiesa que durante "mucho tiempo" ha tenido la sensación de estar defendiéndose por sus "decisiones ante los demás". "De estar intentando convencer a los demás de que las cosas que hago son porque están fundamentadas", señala sobre su evolución musical, al tiempo que subraya que a estas alturas, a su juicio, "ya ha pasado esa etapa".

Por eso remata: "Yo soy como soy, con las peculiaridades, las posibilidades que tengo como intérprete y como compositora y autora. Uno de mis objetivos principales siempre es hacer y cantar buenas canciones. Hay gente que ya acepta de manera natural que pases del día a la noche sin apenas intervalo".

Después de todas estas reflexiones, concluye Luz que lo que busca y le gusta es, en definitiva, "transmitir sensaciones y emociones", tanto con la música como con su voz, para lo cual se abre "a todas las posibilidades" que le pueda "dar una determinada melodía".

"Si he cantado Loca 5.000 veces, estoy segura de que todas tienen un detalle que las hace diferentes. Un giro inesperado de voz provoca cosas que sirven para que el músico haga otra cosa que tampoco estaba prevista y eso genera algo", remarca.

Gracias a la experiencia acumulada en los 36 años transcurridos desde su primer disco, mantiene Luz una relación serena con el éxito, asegurando que para ella éste es "tener un disco, poder presentarlo y contar con un número de conciertos importante tanto en España como en otros países" -que pueden consultarse en luz

"El éxito planetario es que me da un poco lo mismo ahora", continúa, soltando una ligera carcajada, para apostillar: "Prefiero disfrutar de esto y transmitirle a la gente que estoy satisfecha del trabajo realizado, de los colaboradores, de haber conseguido expresar en letra y música algunos sentimientos. Y que tengo la suerte de que hay público que está esperando verme".

Entre risas sentencia que estas que acaba de enumerar ya "son un montón de cosas" como para estar satisfecha, pero aún remacha: "El éxito es saber cada día que lo que haces le llega a alguien. Si le llega a 500, estupendo, y si llega a 50.000 imagino que es más grande por el volumen. Pero llegarle a una persona ya me parece un éxito. No quiero parecer sencilla ni modesta, pero ese agradecimiento lo siento".