José Ángel Hevia Velasco, "Hevia", publica el próximo 25 de marzo "Al son del indianu", un disco muy trabajado que mezcla la gaita con sonidos caribeños. Un trabajo que distribuirá LA NUEVA ESPAÑA y que incorpora un libro, ilustrado con abundantes fotos, que relata el mundo de los emigrantes y en el que aparecen grandes personajes y muchos gaiteros, asturianos de distintas épocas que pasaron por las tierras latinas. Historias que recogió en los vídeos que fue grabando de México a Argentina pasando por La Habana o Miami.

De estos pasajes dio cuenta el pasado jueves, en la presentación del libro-disco en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, donde se proyectó un documental que plasma un minucioso trabajo. Un documental emotivo que relata las aventuras de los gaiteros asturianos y cómo han seguido sus pasos sus descendientes o donde aparece Rocío Jurado cantando a la gaita.

Pero en este relato, Hevia detalla cada momento de cada documental que fue colgando en Facebook: "Creo que es un gran apoyo para mi tipo de música explicar de dónde viene y por qué se hace. Con una música instrumental ayuda. Pero, además, con una historia como la de un gaitero en el Caribe", donde reside, "había que explicar muchas más cosas. En Asturias se explica rápido. Todos conocemos nuestro pasado indiano. Pero ¿cómo explicar eso a alguien que no sabe ni dónde está Asturias? Por eso mi primer documental comienza mientras conduzco en República Dominicana: 'Me llamo José Ángel Hevia. Soy de Asturias. Asturias pueden encontrarla en el mapa si buscan en la costa norte de España...'", y añade cuándo surgió la idea de plasmar en imagen el trabajo, que fue "con el disco ya terminado".

Cuenta el gaitero que acabó de redactor, narrador y montador gracias a la tecnología del momento: "En 'Al son del indianu' bajé muchísimo a la calle. Hace veinte años una compañía discográfica te llevaba a grabar con una sinfónica a Praga y te ponía un hotel de cinco estrellas y una limusina", pero puntualiza, "estos años fueron de convivencia con muchos músicos, con mucha gente joven. Andar La Habana en almendrón hasta conocer las esquinas en las que tienes que pararte, quedarte en casas particulares, aprender a comprar huevos y patatas en el mercado negro para hacerte una tortilla porque llevas comiendo arroz cinco días seguidos. Contratar músicos en una guagua porque los has conocido in situ es una cosa que no se puede hacer desde la limusina".

De ahí da un giro para relatar su historia con Don Richard en Santo Domingo: "Con el audio terminado, trabajé con el equipo de Richard Rodríguez, 'Don Richard', en la producción de varios videoclips. Richard es muy joven (22 años) y trabaja con el ritmo del Caribe. Choque cultural y generacional asegurado. Pero también es uno de esos jóvenes de hoy con preparación académica excelente y con la manera de ver la vida como la ven los jóvenes de hoy", describe Hevia.

Y enseguida desvela la construcción del primer clip, "Danzonete": "Lo pasé tan bien que me dije que había sido una pena no grabar un 'making off', un 'cómo se hizo'", desvela el gaitero, que cuenta que llamó a Richard desde una gran superficie asturiana para que le recomendara una cámara de vídeo sencilla. Richard no le complicó la vida y le dijo que un iPhone. Hevia le cogió gusto: "Decidí irme a la capital, Santo Domingo, y grabar sobre la historia de los asturianos allí. Me fui también a La Habana para grabar horas y horas de testimonios y de lugares que tenían que ver con nuestra historia".

Hevia recogió mucho material que montaba en vídeos en los aviones mientras viajaba. El resultado, en las redes sociales, fue contundente: "Algunos de los documentales pasan de 200.000 visitas", dice, "uno de ellos es un monográfico sobre Remis Ovalle, el Gaitero Mayor, y su gira americana de tres años en 1957. En él hablo de la vida de Remis y de lo que representó para mí desde que era niño. La banda sonora es sólo gaita interpretada por él y acompañada al tambor por José Antonio, su hijo. Pues bien, es el documental más visto de los ocho que llevamos hasta ahora. Lleva 230.000 visitas. Los comentarios a los documentales son muy gratificantes. Y me hacen pensar sobre el futuro de un medio como la televisión".

Y pone ejemplos de los efectos de esta comunicación directa: "En el capítulo 6 comienzo con unas imágenes históricas del Gran Premio de La Habana de 1958. Mi amigo Fernando de la Oz, la máxima autoridad del automovilismo clásico en Asturias, me había llevado a entrevistar, en junio del 2017, en su casa de Aravaca, al piloto asturiano Armando García Cifuentes. Él corría el Gran Premio con Ferrari. Fangio había sido secuestrado por los revolucionarios y no pudo tomar la salida. Cifuentes estaba en los primeros puestos cuando se salió de la pista por una mancha de aceite en el Malecón. Murieron seis personas. Armando sobrevivió, transportado de urgencia en el capó de otro piloto que hizo de improvisada ambulancia", relata el músico. "Cuando publiqué el capítulo 5, también sobre La Habana, un seguidor de Llenín, Cangas de Onís, me escribió entusiasmado y me dijo que había tenido mucha familia en La Habana y que varios habían muerto en el accidente del Gran Premio del 58", añade.

La historia siguió en Madrid: "En cuanto volví por Madrid repetí la entrevista a Cifuentes, que se mostró de lo más amable y colaborador. En esta ocasión le pregunté si era conocedor de que entre las víctimas había varios asturianos. El vídeo es impactante porque comienza con el accidente y termina con la sorpresa de Cifuentes al recibir la noticia sesenta años después. El fatal destino había reservado el triste encuentro para un piloto riosellano y varios emigrantes asturianos a siete mil kilómetros de distancia. Y sólo las redes habían aportado esa noticia sesenta años después".

Hevia vuelve a la música para defender y explicar esto de fusionar la gaita con los sonidos de aquella tierra: "Un artista tiene que reinventarse todos los días. Pero puedo asegurar que no es una invención gratuita. Emilio Rodríguez Moriyón fue un gaitero de Seloriu, Villaviciosa, que emigró a Buenos Aires en los años veinte. Allí estuvo 44 años ganándose la vida como profesional de la música. Tocaba tangos, fox-trot, cumbias, boleros, pasodobles... Tenía un conjunto instrumental en el que la gaita convivía con la batería, el clarinete o el saxo. Fue amigo de Gardel. Volvió con su historia, su gaita y sus partituras a Seloriu a finales de los sesenta. Yo conservo una de sus gaitas". Por todo esto, José Ángel Hevia es consciente de que no es el primero: "No, no invento nada. Con este proyecto sí me reinvento, lo hago bebiendo en la historia".