El abogado gijonés que cuestionó a una víctima de una violación por el hecho de que acudiera al juicio en minifalda y por haber oído sus risas antes de entrar en la sala de vistas, se enfrenta a una sanción que podría llegar a los tres meses de inhabilitación por una infracción grave del código deontológico profesional. Es la propuesta que ha partido, en un proceso aún sin concluir, del Colegio de Abogados de Gijón.

La Junta de Gobierno colegial, tras las quejas presentadas por la asociación "Abogadas para la Igualdad" y un letrado particular, acordó abrir un expediente disciplinario contra Fernando Valentín Ángel de la Fuente. El letrado ejercía de abogado defensor de un hombre que finalmente fue condenado a 11 años de cárcel por violar a una mujer de 51 años que asaltó en el barrio gijonés de Nuevo Roces -colándose en su coche cuando paró en un semáforo en su trayecto, de madrugada, hacia su trabajo, y amenazándola con una navaja para ir a un descampado-.

A la salida de la vista oral el letrado, en una conversación "en un ámbito privado" en el que estaban periodistas, según él mismo alegó ante el Colegio, "manifestó sorpresa por la vestimenta de la denunciante". Sus apreciaciones las explicó aludiendo a que "como abogado me sorprendió que detrás de un biombo hubiese una señora, que dice tener que ir a un psicólogo por sufrir problemas mentales constantemente cada vez que recuerda la situación, que hubiese venido al juicio en minifalda y se oyesen sus risas antes de entrar en la sala". El letrado también hizo alusiones a que en ningún momento había llorado en la sala o se había mostrado compungida, pero aseguró que su comentario "no pretendía humillar ni dañar".

Para la portavoz de Abogadas para la Igualdad, Elena Ocejo, esas manifestaciones se basan "en estereotipos de género" que al final consiguen "que una víctima no sólo tenga que hacer frente al agravio denunciado, sino que ve como al acudir a la justicia es atacada y humillada, desacreditada y ultrajada por la representación letrada" de la otra parte.

Tras una primera fase de estudio del caso por parte del Colegio de Abogados de Gijón, se consideró seguir adelante con una propuesta de sanción por infracción grave al entender que el letrado pudo haber vulnerado el deber de guardar secreto que se recoge en el Código Deontológico. Los portavoces colegiales ponen un acento importante en el hecho de que el juicio fue celebrado a puerta cerrada por decisión del magistrado para proteger el derecho a la intimidad de la víctima y pese a ello el abogado comentó aspectos de lo sucedido en la sala. También entienden que podría haber una "lesión injusta contra la parte contraria" porque sus comentarios sobre la vestimenta o el estado emocional "no están amparados por el ejercicio de defensa". Para Elena Ocejo lo bueno es que se frenen este tipo de actitudes, aunque la pega es que "no se reconoce la carga de género que nosotras denunciamos".