La filóloga Aurora Egido Martínez, catedrática emérita de Literatura Española en la Universidad de Zaragoza, se convirtió en 2017 en la primera mujer en ocupar el cargo de secretaria de la Real Academia Española. Ayer debutó como miembro del jurado del premio "Princesa de Asturias" de Comunicación y Humanidades.

- Primera impresión como integrante del jurado de los "Princesa".

-Ser jurado de los Premios siempre es, por un lado, un compromiso moral. Por otro lado, también es muy grato. Supone el tener la posibilidad de que las humanidades tengan presencia. Y eso es algo que nos hace falta. Las humanidades están un poco de florero en la sociedad. Se habla siempre de las humanidades en términos de museística, de algo que sirve para cortar la cinta, en el caso de los políticos, como se hacía antes con los pantanos. La enseñanza, indudablemente, tiene que ser científica y humanística, pero el primer paso creo que es el de la lengua. La lengua que es la marca mayor de la dignidad del hombre, según los renacentistas. El estudio de las humanidades tiene que empezar por el aprendizaje de la lengua o lenguas. Cuantas más, mejor. Lamentablemente la riqueza del plurilingüismo a veces se convierte en problema, lo cual no deja de ser un absurdo y una necedad.

- En Asturias rebrota el conflicto del asturiano.

-No lo conozco bien, pero yo creo que hay que ser sensato y racional. No exagerar nunca. Cuantas más lenguas se aprendan, mejor. Yo, que ya tengo nietos plurilingües, veo que las lenguas no riñen dentro de la persona sino que ensanchan sus perspectivas.

- ¿Plurilingües en catalán?

-No, mis nietos hablan persa, español, croata, alemán e inglés. No está mal. Y ahora aprenden latín, que es una cosa que aquí ya se aprende menos pero en Austria, donde ellos viven, les obligan a estudiar por lo menos 4 años de latín. Desde luego, eso es un fundamento para otras lenguas y, sobre todo, para tener muy bien amueblada la mente.

- Usted es la primera secretaria de la Real Academia...

-Pero, vamos, tampoco hay que darle importancia como mujer. Lo importante es cómo hace su trabajo el secretario, sea hombre o mujer. Me preocupa el hacerlo bien no el que sea la primera mujer.

- Usted no es de cuotas,

-Yo soy más bien de que la sociedad vaya avanzando en la aceptación de que las mujeres y los hombres pueden hacer las mismas cosas. Eso cuesta porque las leyes se pueden imponer, pero lo más difícil es transformar las costumbres. Ahí está la tarea más difícil.

- ¿Qué opina de la "feminización" del lenguaje?

-Poco a poco se irán cambiando las acepciones y el uso del masculino al femenino, es una labor educativa la que hay que hacer, pero sin exageración. No hay que llevar las cosas al límite, puede ser perjudicial. Sobre todo porque retardan la forma en la que uno habla y además puede resultar jocoso.

- He escuchado decir "nosotres" para no decir "nosotros" ni "nosotras".

-Eso ya me parece un chiste.