Coraje, compromiso, una prosa sólida y una ética indiscutible. Estos son, a decir de los miembros del jurado del premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, las cualidades que hacen de Alma Guillermoprieto una reportera de referencia para entender el último medio siglo de la historia de América Latina.

Alan Goodman, el que fuera corresponsal en Madrid de medios como la cadena CNN y "The New York Times", reivindica la trayectoria de Guillermoprieto, a la que reconoció seguir desde los mismos inicios de su carrera. "Recuerdo haber leído sus crónicas en el 'Washington Post' en los años ochenta, sobre todo las de la masacre de El Salvador", asegura Goodman. Se refiere a la ejecución de 600 campesinos salvadoreños, hombres, mujeres y niños, por parte del ejército, en diciembre de 1981. Una masacre que fue desvelada mes y medio después por Guillermoprieto, en las páginas del "Post", y por Raymond Bonner, que publicó otro artículo en "The New York Times". "Es una periodista que ha hecho un trabajo de periodismo de investigación extraordinario", sostiene Luis María Ansón, que recibió el mismo premio, entonces bajo de la denominación Príncipe de Asturias, en 1991.

Diana Sorensen, decana de Artes y Humanidades de la Universidad de Harvard, destaca el "perfil ético admirable" de la galardonada, de quien alaba también su prosa: "Es una escritora con un profundo conocimiento y un compromiso en relación con la historia y la política, que escribe maravillosamente".

El Colegio Profesional de Periodistas de Asturias ha elogiado la elección y la coincidencia de concesión con la celebración del Día Internacional de la Libertad de Prensa. "Está en la esencia del periodista no ser protagonista de la noticia, pero que en esta jornada se premie la labor de Alma Guillermoprieto para visibilizar la complejidad de la historia reciente de Iberoamérica supone un motivo de celebración para el conjunto de la profesión", dice Lucía Fraga, decana del colegio.