El yacimiento arqueológico de la cueva de la Paloma, en Las Regueras, sigue arrojando hallazgos relevantes un siglo después de ser excavado. Miguel Ángel de Blas y Carlos Briansó han recuperado en la cueva dos piezas de arte mueble del período Magdaleniense (entre el 15.000 y el 8.000 antes de nuestra era), en una época en la que también estaban habitadas las cuevas de Tito Bustillo y Altamira.

En concreto, las dos piezas recuperadas son un tallo y una punta, ambas de asta de ciervo, en las que hay figuras animales grabadas. En concreto, se han identificado tres renos, una cabra y un cérvido. El origen del hallazgo fue una visita de Carlos Briansó a la zona en marzo de 2016. En ese momento, y con apenas un reconocimiento visual, Briansó vislumbró las dos piezas de hueso, que "emergían" del suelo "entremezcladas con cascajo y otros restos óseos en el breve espacio comprendido entre la pared que genéricamente discurre en dirección NW-SE y un bloque de caliza caído de la bóveda", según relatan los dos investigadores en el artículo científico "Una destacada adición accidental al arte mobiliar magdaleniense de la cueva de la Paloma (Las Regueras, Asturias)", que se puede consultar aquí.

Las dos piezas han sido depositadas en el Museo Arqueológico de Asturias, donde este jueves, 17 de mayo, a partir de las 18.00 horas, Miguel Ángel de Blas presentará el hallazgo.