Los ratones del biólogo gijonés Álvaro Fernández viven más y sufren menos casos de cáncer. Trabaja con un centenar de roedores de color negro en las instalaciones de la Universidad de Texas y ha conseguido que vivan un 10 por ciento más y con mejor salud. Los resultados de su investigación se publicaron esta semana en la prestigiosa revista "Nature".

La autofagia celular es la clave para retrasar el envejecimiento. Las células emplean este sistema para suprimir virus y microbios invasores. Este biólogo asturiano y su equipo, ayudan a multiplicar este proceso. Introdujeron en los ratones una mutación genética de la proteína Beclin 1 para potenciar la autofagia. Es un cambio pequeño pero que evita que otras proteínas, como la Bcl-2, entorpezcan el proceso de reciclaje celular. En consecuencia, las células disponen del clima perfecto para destruir sustancias nocivas o moléculas defectuosas que surgen de forma natural al envejecer. Los ratones sometidos a esta modificación en los genes viven más que la media y con mejor salud.

Con este experimento en roedores, dirigido por la médica estadounidense Beth Levine, no sólo buscaban alargar la vida. Su intención también es reducir enfermedades y aumentar la calidad de vida. Doble objetivo cumplido. Los ratones de su laboratorio viven más años, tienen menos signos de vejez en el corazón y los riñones y se ha reducido el número de tumores. El 13 por ciento de sus ratones sufrió un cáncer -frente al 32 por ciento habitual-.

El descubrimiento del equipo de Álvaro Fernández, capitaneado por él y la francesa Salwa Sebti, fomenta la esperanza de vida entre los mamíferos. El salto a los humanos será más difícil y tardará. Han pasado 15 años desde que este cambio genético consiguió dar sus frutos en ratones. En 2003, Lavine logró demostrar la importancia de la autofagia para alargar la vida en gusanos.

Los estudios sobre el sistema de reciclaje de células y la autofaia no es un tema nuevo. El japonés Yoshinori Ohsumi ganó el premio Nobel de Medicina en 2016 por descubrir los mecanismos de este proceso.

El equipo del gijonés se toma con cautela el descubrimiento, a pesar de que la prestigiosa revista científica "Nature" ha destacado su trabajo. La investigación de este área de la Universidad de Texas se centra ahora en localizar un posible fármaco prodigioso que fomente la autofagia y consiga alargar la vida en mamíferos.

El investigador Álvaro Fernández lleva dos años en el equipo del Centro de Investigación en Autofagia de la Universidad de Texas "Southwestern". Fernández nació en 1987 en Gijón y estudió biología en la Universidad de Oviedo.