Arte y tecnología, luz y sombre, materiales tradicionales y sistemas de luces LED se dan la mano en "Alborada", el último trabajo de Pablo Armesto (Schaffhausen, Suiza, 1970). La exposición de esculturas de luz de Armesto se inauguró ayer en la galería de Aurora Vigil-Escalera, en Gijón. El artista es una de las apuestas fijas de la galerista en sus últimas presencias en ferias nacionales e internacionales.

El creador asturiano, nacido en Suiza por casualidad, llega a Gijón tras su exitoso paso por Madrid, Lisboa o Lima. La muestra ocupará durante casi dos meses (hasta el próximo 25 de julio) la instalación de la gijonesa calle Capua.

En la exposición, no faltan las famosas geometrías lumínicas, en las que la fibra óptica y el LED dan lugar a mágicos hilos de luz. Además, en esta muestra las esculturas conviven con obras de pared en una propuesta de gran rigor formal y de belleza precisa. Este último trabajo del artista asturiano también combina materiales nobles, como la madera, con otras piezas de corte futurista.

Estudiosos y críticos han subrayado el carácter experimental de la obra de Pablo Armesto, uno de los artistas asturianos de mayor proyección internacional desde que la Marlborough respaldara la presencia de este creador en importantes citas, incluidas varias ferias de Arco.

Aún se recuerda en Gijón la excepcional exposición que Pablo Armesto colgó en el Centro Antiguo Instituto, en septiembre del año pasado. Bajo el título "Eureka", el artista tomaba como base la obra homónima de Edgar Allan Poe -uno de los grandes visionarios de la literatura visionaria del siglo XIX- para componer, con sus materiales y estilemas habituales, una hermosa y singular investigación plástica. Aurora Vigil-Escalera tiene previsto editar un catálogo con un texto de Rubén Suárez, crítico de arte de LA NUEVA ESPAÑA.

Armesto es uno de los cuatro creadores asturianos que forman parte de la prestigiosa galería Marlborough, en cuya sede de Barcelona expuso una de sus últimas muestras individuales, titulada "Más que luz". Porque Armesto es, sin duda, mucho más que luz.