Svante Pääbo, premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica de este año, es un científico brillante. Al menos, eso dicen de él quienes han trabajado junto a este biólogo de origen sueco a lo largo de su carrera.

Intimidad

Sus estudios sobre la evolución del genoma humano han reescrito la historia de nuestra especie. Cómo recuperó el material genético de seres vivos muertos hace miles de años o las historias de sus viajes a las diferentes excavaciones quedan recogidas en su libro "El Hombre de Neandertal". En esta publicación, también cuenta pequeños episodios de su vida privada, como su orientación bisexual o una aventura amorosa que tuvo con la esposa de un colaborador. Con ella se casó y tuvo un hijo.

Su libro es una especie de novela de aventuras en la que el biólogo no duda en contar sus intimidades. Relata incluso que fue el hijo secreto de un científico premio Nobel al que sólo veía los sábados, cuando su familia oficial creía que estaba en el trabajo. En una entrevista confiesa que su propio libro le parecía aburrido y por eso decidió meter episodios de su vida.

Historiador, médico y biólogo

Pääbo es una caja de sorpresas. Cuando era adolescente buscó en la egiptología una vida de aventuras. Más tarde estudió Historia de la Ciencia y ruso pero fue, tras estudiar medicina, cuando comenzó a interesarse por las posibilidades del ADN. Fue investigador del Departamento de Biología Celular y realizó estancias postdoctorales en el Instituto de Biología Celular de la Universidad de Zúrich. En los 80 comenzó a aplicar la biología molecular a las momias y ahí empezó su viaje para descubrir la secuencia del genoma neandertal, todo un hito en la historia de la humanidad."Un profeta y un visionario"

El paleontólogo Juan Luis Arsuaga ha calificado a Päävo como un "profeta y un visionario", al haber perseguido y alcanzado el suelo de recuperar estas moléculas con información sobre las especies desaparecidas y extinguidas. "Lo que parecía imposible lo hizo real y perseveró en el empeño", ha reconocido.

Quienes han trabajado con él coinciden en destacar su mente sin límites para buscar respuestas, más allá de las dificultades. Otro de los miembros del jurado, el biólogo Ginés Morata, ha asegurado que Svante Pääbo "tuvo el coraje de creer que era posible estudiar el genoma de especies ya extintas", y a su juicio su trabajo supuso "una forma totalmente nueva de conocer nuestros orígenes biológicos".