Un fortísimo temporal frustró la tercera intentona de Felipe II de invadir Inglaterra en 1597. El rey de España envió una poderosa flota, de más de un centenar de buques, donde sobresalía el galeón "San Giacomo di Galizia". Al sur de Falmouth las fuertes tormentas les obligaron a retroceder y buscar refugio. Al "San Giacomo" o "Santiago" no solo le hicieron mella las inclemencias del tiempo, sino que, por el camino, tuvo que combatir contra tres buques, dos holandeses y uno inglés. En el mes de noviembre de 1597 arribó a la ría del Eo pero, su lamentable estado, impidió su atraque en el puerto de Ribadeo y se hundió irremediablemente frente a sus costas. Se convirtió entonces en un tesoro escondido bajo el estuario fronterizo con Asturias.

En 2011, cuatrocientos años después de su hundimiento, sus restos fueron hallados de manera casual durante las labores de dragado del canal de navegación de Ribadeo. Al arqueólogo subacuático gallego Miguel San Claudio le tocó supervisar aquellos trabajos y fue quién halló este pecio, que lleva años defendiendo y mimando. Por eso, no es casual que sea él la persona designada por el gobierno gallego para dirigir la más ambiciosa campaña de investigación realizada sobre el buque, conocido ahora como el galeón de Ribadeo. Constituye un hecho histórico pues es la primera excavación de un galeón que se hace en España.

En la historia de esta poderosa embarcación, de 35 metros de eslora, cuya investigación ha comenzado, también jugó un papel importante el proyecto ForSeaDiscovery, una iniciativa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que tenía por objetivo estudiar los orígenes y los flujos comerciales de la madera con la que se construyeron las flotas españolas de 1492 a 1894. Entre los pecios seleccionados figuró el galeón, lo que permitió en 2015 llevar a Ribadeo a un importante equipo de investigadores que, entre otros resultados, lograron identificar la embarcación como el "San Giacomo" y divulgar sus principales datos. También saben que el buque fue construido en la década de los noventa del siglo XVI en la bahía de Nápoles, gracias a un convenio establecido entre la Corona española y un armador genovés.

La probabilidad de que efectivamente sea el "San Giacomo" es para los investigadores fiable al 99% y, cada vez que se sumergen en las profundidades del pecio, están más seguros por la robustez y materiales usados en la construcción de esta embarcación. "Fue un buque concebido para el combate", indica Miguel San Claudio, quien precisa que sus colegas de expedición han mostrado su sorpresa "por el grosor de la madera que forma el costado del buque".

Otra de las peculiaridades en el hundimiento del "San Giacomo" es que "está adrizado en el fondo, escorado un poco a estribor". Dice el arqueólogo que no conoce ningún barco de esta época que cuente con los costados enteros pues "normalmente al hundirse y tocar fondo se abren como los libros". La excavación del pecio comenzó el pasado martes y se prolongará hasta el viernes con el objetivo de conocer la extensión de los restos conservados bajo la arena. Esta campaña de investigaciones submarinas cuenta con un elenco de especialistas de renombre internacional.

Entre ellos figura la científica del CSIC Ana Crespo, que en 2015 dirigió el ForSeaDiscovery. Crespo destaca la singularidad de este proyecto pues "nunca se había intervenido antes en España un galeón del siglo XVI" y lo considera clave para la investigación arqueológica subacuática española. En este sentido, cree que se podría convertir en un modelo a seguir para próximas intervenciones de galeones en España.

"El galeón de Ribadeo es un reto para la historia y la arqueología en España", añade Crespo quien considera muy positivo el movimiento ciudadano generado en torno al pecio. En buena medida gracias a la labor del colectivo "Amigos del galeón de Ribadeo", capitaneado por la restauradora veigueña Ainhoa López y que trabaja incansablemente por divulgar este tesoro del Eo. Crespo considera que este caldo de cultivo es fundamental de cara a lograr una implicación de las autoridades en la conservación y futuro del buque. "Sería una ruina que se dejara abandonar", añade la investigadora.

Aunque los expertos reconocen que la extracción del pecio es, de momento, una posibilidad remota, todos coinciden en que "hay que poner medidas que garanticen su conservación". El buque se halla en un estado "aceptable", pero está ubicado en un punto "muy vulnerable", ya que el canal de navegación de Ribadeo está transitado a diario por mercantes de gran tonelaje que acuden a cargar al puerto comercial ribadense. Hasta ahora una malla recubría los restos y el proyecto de esta investigación también incluye la mejora de su protección.

El consejero de Cultura de Galicia, Román Rodríguez, acudió este viernes a Ribadeo para supervisar los trabajos en los restos del galeón de la época de Felipe II, en los que el gobierno gallego invierte 20.000 euros. No quiere hablar sobre una posible extracción, ya que, incide, antes hay que "evaluar, conocer e investigar" el pecio para después adoptar las decisiones oportunas. En todo caso, reconoció que con esta investigación "se abre un periodo ilusionante para conocer nuestra historia".