Los documentos oficiales dicen que la iglesia prerrománica de San Miguel de Lillo, en el monte Naranco de Oviedo, fue mandada construir hacia el 842 por el rey Ramiro I, pero lo cierto es que el templo jugó un destacado papel como uno de los puntos clave disputados entre el bando republicano y los insurgentes durante la Guerra Civil. Ahora acaba de revelarse un nuevo detalle durante la elaboración del inventario de enclaves singulares de esta época en el Principado. En el segundo piso San Miguel de Lillo se ha localizado un grabado, atribuido a un soldado, donde se puede leer: "J. Ar Haciendo guardia con motivo del levantamiento fascista en la noche del 28 a 29 de julio de 1936".

El catálogo de espacios de interés sobre la Guerra Civil y la dictadura en el Principado también incluye unos grafitis localizados en el monasterio de Cornellana, entre los que se han identificado caricaturas de políticos como Manuel Azaña e inscripciones realizadas por presos.

Con el ánimo de cumplir la Ley de Memoria Histórica del año 2007 e impulsar el conocimiento de la historia reciente de la región, el Gobierno asturiano se propuso elaborar un catálogo de lugares de la memoria histórica que identificara parajes y espacios de especial relevancia para el conocimiento de la Guerra Civil y la represión franquista. Ese inventario recogerá emplazamientos donde se desarrollaron acontecimientos de la lucha por los derechos y libertades democráticas.

Junto a los más recientes de Lillo y Cornellana se han identificado otros siete lugares, entre los que destacan las celdas de los juzgados de Cangas del Narcea, que conservan grafitis realizados por presos; la playa de La Franca; el puente que une Panes y Siejo, construido por prisioneros republicanos, y los antiguos aeródromos de Carreño y Colunga.

Para desarrollar este trabajo ha sido necesario ampliar las funciones de la comisión técnica de expertos que trabaja en la clasificación de los vestigios y huellas de la contienda bélica y de la dictadura. Este catálogo se encuentra en una fase muy avanzada y suma un centenar de elementos clasificados en once categorías, a los que se incorporan las piezas del periodo predemocrático que se mantienen en algunas dependencias de la Universidad de Oviedo.