Billy McBride ha salido de su refugio de alcohol y autodestrucción para retornar a los juzgados. La segunda temporada de "Goliath", la serie de Amazon que protagoniza un pletórico Billy Bob Thornton en la piel del abogado McBride, estrena su segunda temporada tras el triunfo que supuso su primera entrega. Una continuación extraña, irregular aunque brillante por momentos y muy visceral, en todas las acepciones del término, que descoloca al espectador en un tramo final en el que cambia de género en pos de una oscura conclusión.

[Atención: a partir de este punto, se revela el final de la primera temporada y hay ligeros "spoilers" de la segunda]

Tras su inesperado (y muy lucrativo) éxito en el juicio contra sus antiguos socios de Cooperman & McBride, el bufete que fundó y del que fue expulsado años atrás, Billy McBride es millonario. Pero eso no ha supuesto ningún cambio en su vida. Sigue refugiándose en los bares, anclado a una botella y sin gana ninguna de volver a ejercer como abogado. Sólo el requerimiento de un amigo, del dueño del bar que frecuenta, le hará salir del agujero para volver a pisar un juzgado. Y será para enfrentarse a otro monstruo, a otro "Goliath", en un caso con mucha mar de fondo.

Para esta segunda tanda de episodios de "Goliath", se reeditan algunos de los aciertos de la primera entrega. El primero, su saludable afición por las muertes inesperadas, que provocan suculentos giros de guion. También, su vocación de profundidad, de ir más allá de una trama judicial mecánica, aderezándola con ribetes de thriller y dotándola de un oscuro trasfondo político. Y por supuesto continúan su exploración de los personajes, con un Billy Bob Thornton de nuevo extraordinario, bien secundado por Nina Arianda, cuya Patty Solis-Papagian gana en interés en esta nueva entrega, y por buenas incorporaciones como Ana de la Reguera.

Así, los primeros cinco capítulos de la temporada siguen el esquema de la primera entrega. Pero a partir del sexto (y memorable) capítulo, la serie cambia de registro por completo. La vertiente policíaco-política gana cuerpo sobre la trama judicial, y la historia se vuelve más oscura, poniendo en primer plano los aspectos más escabrosos, conectados a las parafilias de algunos personajes y las actividades del siniestro “Cártel de La Mano”. Un cambio que responde a la sustitución de David E. Kelley y Jonathan Shapiro, los creadores de la serie, por Clyde Phillips ("Dexter", "Nurse Jackie") como showrunner de la serie.

Mas en este punto, “Goliath” se queda un poco en tierra de nadie. En gran medida porque el cambio de registro se traduce en un episodio extraño y un tanto arrítmico (el séptimo), y en un final de temporada mal rodado, que se salva por una conclusión dura, para nada complaciente, que deja suficientes elementos de interés para pensar en un próximo despegue de la serie.