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NATALIA MENÉNDEZ | Poeta y profesora

"Soy pragmática y la poesía ayuda a ordenar la cabeza, que nunca está ordenada del todo"

"Gané dos premios con dos poemarios el mismo día y avisé a la familia para que no se enterara por el periódico de que escribía"

Natalia Menéndez, en Oviedo. LUISMA MURIAS

La poeta Natalia Menéndez (Avilés, 1973) es jefa de estudios del Instituto Carreño Miranda y trabaja todo julio en matrículas y preparativos del próximo curso. Es profesora de Lengua y Literatura. Escribió cinco años en LA NUEVA ESPAÑA de Avilés.

- Estudió Filología inglesa.

-En la mejor época del campus del Milán. Me arrepiento de no haberme relacionado entonces con personas que escribían. Yo ya escribía, pero las personas con las que me relacionaba no estaban en eso. Me animó saber que otros de mi edad lo hacían, pero no me involucré en la parte literaria, los conocí después.

- El ambiente era musical...

-En mi escritura de esa etapa la música era generadora de estados de ánimo.

- En los 60 la Universidad fue política y fueron muy importantes los profesores. En los 90 destacó la creatividad y fueron importantes los alumnos.

-Cambió mucho en pocos años. Cuando hice mi doctorado esa generación se había ido y las dos ocasiones en que di clases, el alumnado no tenía nada que ver.

Dio clases de Inglés en academias y tuvo una empresa de traducción y cursos de idiomas en La Curtidora con varias socias durante dos años. Pasó dos años en el centro de innovación del campus de Mieres, con beca para filólogos, escribiendo textos. Disfrutó haciendo diseño web y gráfico.

- ¿Empezó a escribir?

-A los 16 años, coincidiendo con la lectura de poesía contemporánea de autores asturianos y españoles jóvenes y vivos. Hasta entonces sólo conocía la que estudiaba en el instituto. No pensé que iba a seguir escribiendo, creí que sería transitorio.

- No se mostró hasta los 32.

-Después de la tesis, con tantas horas de lectura y escritura académica, me quedó libre mucho tiempo para escritura creativa. Había escrito mucha poesía los cuatro años anteriores y le di forma a "Las virtudes cardinales". Reuní lo que sobró en "Restos de un naufragio" y presenté los dos a concurso.

- Ganó los dos premios: el "Ana de Valle", de Avilés, y el "Nené Losada", de Luarca.

-El mismo día.

- ¿Tiene muchos días así?

-No tuve más. Avisé a mi familia de que iba a salir en el periódico porque escribía poesía.

- ¿No lo sabía?

-Me daba vergüenza. Hoy la poesía está aceptada y es moderna, pero cuando gané, alguno me dijo: "Es verdad que siempre fuiste un poco rara y llevabas libros de poesía a la Facultad".

- ¿Cómo era cuando ganó?

-Tenía 32 años, trabajaba en la revista de la Universidad en Mieres y estaba recién casada. No confiaba en ganar. De haberlo sabido, no habría puesto por título "Restos de un naufragio", tan manido.

- ¿Escribe ahora?

-En ratos libres, menos, pero la intercalo. El género exige menos disciplina de escritura.

- Con 28 años ya le preocupaba el tiempo.

-Es un tema universal. No piensas sólo en ti, sino en las personas que te rodean. Las relaciones, rápidas o lentas, también tienen su caducidad.

- "Caducidad", "provisional", ¿es muy consciente de las etapas?

-Siempre hago cosas y me gusta que sean diferentes. Este año preparo opositores.

- ¿Qué piensa para el futuro?

-Me gustaría mucho pasar un tiempo dando clase en una Universidad en Estados Unidos. Era una de las cosas que quise hacer. Depende de mi familia. Mi hija Mara tiene 9 años. En el futuro quizá Julio, mi marido, y yo podamos tener nuestros planes.

- ¿Es jefa de estudios de Mara?

-Soy todo lo que soy yo. Madre, un poco profesora, aunque intente separarlo, y jefa de estudios espero que no.

- ¿Educa como la educaron?

-La sociedad es distinta, pero supongo que se parece en algunas cosas. En mi casa se fomentaron el esfuerzo, el trabajo y el estudio. Intento que sea responsable y autónoma. Hoy los alumnos son menos autónomos, la sociedad los protege más. Y yo también, condicionada por la sociedad. Tiene que ver que donde hay padre y madre que trabajan los dos muchos abuelos hacen de padres.

Su padre, de Mieres, trabajó en Ensidesa y su madre, de Sevilla, ama de casa. Pasó la infancia en Llaranes y se trasladaron a Avilés a sus 17 años.

- Usted creció en el Avilés que era la ciudad de los muchachos de Asturias. ¿Y ahora?

-Envejeció, hay más oferta cultural y menos de ocio. La crisis ha vaciado la mitad de los locales del centro.

- Su hija, cuando crezca, probablemente se irá de Asturias.

-Seguro. Mi generación ya se fue. Mi hermana y mi cuñada están en Madrid. Mi hermana estudió Derecho y se fue con 28 años porque había más opciones. Todos deberían estar abiertos a salir.

- ¿Es optimista o pesimista?

-Pragmática. No sé si eso entra en contradicción con la poesía. No tiene por qué. Si la poesía fuera una forma de abordar los conflictos, su parte pragmática sería que sirve para superar obstáculos y seguir adelante. La escritura ayuda.

- Los psicólogos piden a sus pacientes que escriban sus miedos y pensamientos.

-La poesía ordena la cabeza, que nunca está ordenada del todo.

- Lleva cuatro años en el instituto y tres de jefa de estudios.

-Me gustan la docencia y la gestión. Ahora doy menos clases. Hubo una vacante, el equipo ya estaba formado y alguien lo tenía que hacer. Todos deberíamos pasar por todos los puestos para hacernos una idea clara de cómo funciona el sistema educativo. Es interesante. Y transitorio.

- Fue jefa de estudios en Tineo, donde trabajó tres años.

-A veces crees que los cambios son sencillos, pero cuando te pones a organizar, y más un centro grande como éste, tienes otra perspectiva. Algunas peticiones de los profesores se hacen sólo desde ese punto de vista. Somos una comunidad educativa y debemos pensar en el bien común, que no siempre es el cien por cien de todas las partes.

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