Desde que las actrices de Hollywood salieran a la calle para denunciar públicamente las situaciones de acoso a las que se vieron sometidas a lo largo de su vida profesional por el mero hecho de ser mujeres han sido cientos los casos que han invadido las redes sociales con el hastag “Me too” (yo también en inglés). Pero no sólo en Estados Unidos. En España también han sido muchas las jóvenes que han aprovechado las redes sociales para hacerse eco de las situaciones de acoso que tienen que sufrir en su día a día. Es el caso de Teresa Sanz, una joven estudiante de derecho que ha decidido contar en Twitter la situación que tuvo que vivir una de sus seguidoras.

La chica pidió una pizza para cenar. Hasta ahí todo normal. Se la llevó un chico que luego decidió ir un paso más allá y utilizar el número de teléfono que había conseguido gracias a su puesto de trabajo para acosar a la joven. Todo empezó como una broma. El chico envió el primer mensaje pasadas las doce y media de la noche. Se hacía pasar por la empresa que había servido la cena y aseguraba que quería hacer una “encuesta”. Como no coló, al día siguiente el repartidor volvió al ataque.

“Parece que no ha colado ni ha hecho gracia eh?, soy el repartidor que te llevo los combo esos anoche, me pareciste mona y me he permitido el lujo de hablarte”, aseguraba el chico en su segundo mensaje en el que además le enviaba varios besos con emoticonos a la receptora del mensaje. “Me pasa una seguidora esta captura para preguntarme qué se hace en estas situaciones y de verdad, os prometo que la impotencia que me produce y el asco es impresionante. No se que se os pasa por la cabeza haciendo estas cosas”, reflexiona la joven tuitera que colgó el pantallazo de la conversación de Whatsapp.

El caso es que por muy extraño que pueda parecer no es la primera vez que sucede algo así. A lo largo de los últimos meses ya te hemos contado historias similares como la de la gijonesa que trataba de vender un ordenador por una red social de compra y venta de objetos de segunda mano (aquí lo puedes leer) y que también tuvo que afrontar un caso de acoso que en esta ocasión provenía del comprador del ordenador en cuestión.