"En el ámbito de la ciberseguridad hay una gran oportunidad de negocio en Latinoamérica". Con estas palabras Miguel Porrúa Vigón, director del Banco Interamericano de Desarrollo, animó a los emprendedores asturianos a buscar nuevos horizontes al otro lado del charco. Porrúa dedicó ayer su primer día de vacaciones a compartir con otros emprendedores los entresijos de su trabajo en América Latina. Junto a él, otros asturianos en la diáspora, como Lucía García Linares, directora logística de Toyota en Europa y Alfonso Fernández Suárez, experto en marca personal, compartieron sus experiencias en un encuentro organizado por Compromiso Asturias XXI y Gijón Impulsa.

"Un intercambio de ideas entre emprendedores y el talento global tan directo como este pocas veces se ve". Esta frase de Rosa Vivas, directora de Compromiso Asturias XXI, la plataforma de profesionales asturianos residentes fuera de la región, resumió lo que se vivió en las oficinas de la comunidad de emprendedores Gijón Impulsa. Buscaban generar sinergias e intercambiar conocimientos y el encuentro resultó muy productivo, tal como comentaban los asistentes durante la pausa para el café.

Sobre las posibilidades de triunfar con un proyecto tecnológico en Latinoamérica habló Miguel Porrúa Vigón. Su trabajo allí como especialista en innovación para el ciudadano en el Banco Internacional de Desarrollo le ofrece la perspectiva necesaria para afirmar que en "los países de América Latina está todo por hacer en el mundo digital". A excepción de Uruguay, explica, el resto de países no realizan trámites online. Sus esfuerzos se centran ahora en la transformación digital del sector público y para ello, "necesitan talento y Asturias puede dárselo", sentencia Porrúa.

Las "startup" tecnológicas interesadas en triunfar en los países latinos deben centrar sus esfuerzos en ofrecer servicios de análisis de datos, almacenamiento en la nube -Amazon Web Service copa ahora todo el mercado- y todo lo necesario para dar el salto del papel al ordenador en la administración pública. "Necesitan cosas que en España ya controlamos, como la firma digital", explica este asturiano en Latinoamérica. También advierte de una realidad: "Sólo la mitad de la población está conectada a internet". Cuando esto cambie, explica, empezará el gran reto tecnológico en América Latina. Les queda mucho trabajo por hacer dentro del contexto en el que vivimos. "Lo digital nos invade, los teléfonos son omnipresentes y Silicon Valley decide sobre nuestras vidas", explica Porrúa. Ante este panorama cree que la sociedad debe adaptarse. También las empresas.

Las claves para formar empresas de éxito las aportó Alfonso Fernández Suárez, experto en marketing. Dedicó su intervención a guiar a los presentes para desarrollar su propia marca personal, es decir, aprender a venderse. Para empezar explicó que uno debe conocerse a sí mismo: "Hay que determinar qué hacemos bien y qué pueden aportar nuestras habilidades a otras personas". Actuar con determinación y perseguir los sueños son otros de los consejos de este experto en marcas. Aunque saltarse las reglas también forma parte del juego. Invitó a los presentes a "aprender a pensar otra vez". Es decir, "a volver a adoptar pensamientos más libres, como los niños, para mezclar la lógica y la creatividad en lo que se conoce como pensamiento creativo".

Fracasar también es triunfar. La gestión de los momentos malos en una compañía ocupó gran parte de las conversaciones de los profesionales reunidos ayer. "Ya que estamos en Gijón, el consejo sería: si vas a tirar la toalla que sea en la playa", dijo Fernández en una versión renovada de la conocida frase "de los errores se aprende".

A subsanar errores se dedica Lucía García Linares, una ingeniera industrial asturiana que trabaja en Bélgica como directora de logística de Toyota para Europa. Es experta en analizar problemas y buscarles una solución. Por eso, le gusta definirse como una "apasionada por mejorar". Y a eso dedicó su intervención: al concepto "lean" o mejora constante. Lo explicó de forma práctica con el ejemplo concreto de una planta de producción del conocido fabricante de coches. Allí acudió con su equipo a analizar por qué la planta tenía tantos problemas de calidad. Encontraron mucha desorganización y una falta de esa cultura de mejora constante en la que García Linares tanto cree. La que podría ser la conclusión del encuentro de ayer la resumió en una sola frase: "Nada es imposible con pasión, liderazgo y espíritu de lucha".