El folk-rock alternativo asturiano de Luis Núñez y "Los Folgazanes" acude este año por primera vez al Festival Intercéltico de Lorient. Van armados con su peculiar mezcla de gaitas, violines y guitarras eléctricas.

- Usted lleva en la música desde los 18 años, ¿en qué ha cambiado el sector desde entonces?

-La llegada de internet y las plataformas digitales nos ha traído la ventaja de conocer cualquier banda al momento y descargar su música al instante, pero la disponibilidad gratuita de la música y las descargas masivas han producido un efecto muy negativo en las ventas y en los derechos de los autores.

- ¿Utiliza las redes sociales?

-Con moderación. Llegaron con buenas intenciones, pero se están convirtiendo en una cosa extraña donde la mentira y el mal gusto lo acaparan casi todo.

- ¿Cómo ve el folk hoy?

-Hay un gran movimiento en el folk y, en los últimos años, estamos viviendo fusiones de muchos estilos. En la banda somos participes de esa convivencia entre pop y folk con la combinación de sonidos de guitarras eléctricas y teclados con gaita y violín.

- Este año ha ganó el premio "Tino Casal" y el "Premiu al meyor cantar"...

-Los premios son muy de agradecer, pero lo que más apreciamos los músicos es tocar en directo y que nuestros discos tengan un buen respaldo.

- ¿Hacen falta más grupos que canten en asturiano?

-Siempre será bueno para esta región que se cante en asturiano, cuanto más mejor. De esta manera estamos reivindicando de dónde somos y llevando la palabra y la música al resto del mundo.

- ¿Qué opina de la oficialidad de la llingua?

-Siempre voy a estar a favor. Primero, como defensa de la libertad de expresión y, segundo, como apoyo a tantos compañeros y colectivos que luchan y salen a la calle a reivindicar una igualdad de derechos.

- "Echa un culín", su tema estrella del momento, ¿es su forma de apoyar que la sidra sea Patrimonio Inmaterial de la Humanidad?

-Quiero poner mi pequeño granito para que se alcance este objetivo para la sidra. Con esta canción queremos recordar que, por encima de la bebida, hay una cultura de "chigre" que está llena de relatos, canciones y tertulias que no deberíamos dejar caer en el olvido.