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Arte a flor de piel

El Grafitero y tatuador XAV, ante el objetivo del fotógrafo Muel de Dios

Arte a flor de piel

XAV resulta un tipo callado, muy callado, y no se da nada de pisto. Pero dice que el principio de todo, lo que le llevó por este camino, fue la satisfacción personal de dejar su firma con spray en una pared y que todo el mundo sepa que has estado ahí. Eso y la adrenalina de hacerlo sin que te pillen. Las dos cosas, sumadas, componían para él la esencia de la libertad.

Así nació -cuando aún estaba en el colegio Los Pericones, en Gijón, y sólo se llamaba Javier Robledo Llamedo- un grafitero llamado XAV, que hoy ha dejado de hacer simples letras por los muros que encontraba a su paso y ha desplegado una sorprendente maestría como dibujante.

Ahora le piden que decore las paredes, ha ganado algunos premios y se ha convertido en uno de los mejores muralistas que hay en Asturias. Ha dejado su huella en Oviedo, Gijón, Zamora, Vinaroz, Murcia, Escocia, París.... El mayor de ellos lo pintó el año pasado, en Kiev (Ucrania), cuando decoró con la imagen de un niño el muro medianero de un edificio de 20 plantas. Es decir: 15 metros de ancho por 70 metros de alto. Una proeza.

XAV comenzó a pintar sobre cemento y hormigón, pero hoy vive de pintar pieles. Se ha convertido en un cotizadísimo tatuador. Hasta tal punto, que tiene lista de espera de seis meses y sólo hace los tatuajes que le apetece. Recorre España "ilustrando" a sus clientes. Le acompaña su amigo y socio Pelayo Inguanzo, que se dedica a quitar tatuajes. Uno pone y el otro quita. Son el yin y el yang.

BIO

Javier Robledo Llamedo (Gijón, 1991) es conocido en el mundo del tatuaje y del grafiti como XAV. Desde pequeño siempre estaba dibujando y hoy se ha convertido en un artista autodidacta muy cotizado, especialmente en el mundo del "tatoo". Su gran escaparate es Instagram, donde tiene nada menos que 32.700 seguidores. En esta red social cuelga sus mejores creaciones, algunas de un realismo asombroso, preciosista. Ya son más que simples tatuajes, son obras de arte únicas. Ya sólo tatúa lo que le apetece. Está tan demandado que puede elegir. Sus inicios como grafitero fueron en el año 2005. Su estilo, por entonces, se basaba en letras simples. Pero en 2013 su arte tomó otro rumbo muy diferente y del spray comenzaron a salir murales muy realistas, con un toque de dibujo digital.

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