Ya puede arder el asfalto o que las propias moscas perezcan de calor... pero aun así son muchas las personas que necesitan taparse para conciliar el sueño. Algo incomprensible para aquellos que han sudado ríos de sudor durante las olas de calor que nos han asaltado este verano.

Pero el gesto de abrigarse de noche, más común de lo que pensamos, responde a una necesidad física. A la hora de irse a dormir la temperatura de nuestro cuerpo cae unas décimas de grado, de manera que en la primera fase del sueño tenemos una sensación de frescor que nos lleva a taparnos, aunque haga calor en el ambiente.

¿Por qué algunas personas necesitan taparse y otras no?

El factor que determina si alguien se tapa o no, no depende de la temperatura ambiental sino de nuestro metabolismo y temperatura interna. Además, hay otros factores que influyen como el exceso de peso, que dificulta la regulación de la temperatura corporal.

De manera que ante las mismas condiciones, e incluso en la misma habitación o cama, una persona puede tener la necesidad de taparse y, la otra,de dormir completamente desabrigada.

También se da el caso contrario, es decir, aquellas personas que han empezado a dormir sin cubrirse pero que a mitad de la noche necesitan taparse con la sábana. Según Alice Hoagland, directora del Centro de Desórdenes del Sueño de Rochester, durante la segunda mitad de nuestras horas de sueño nuestro cuerpo tiene más dificultad para regular la temperatura, por lo que pasamos a darnos calor con una manta.

¿Cómo dormir mejor en verano?

  • No hagas ejercicio antes de irte a dormir ya que la actividad sube la temperatura del cuerpo y cuesta más enfriarlo para relajarse. Deja al menos 2 horas entre el ejercicio y la hora de irte a dormir.
  • Evita las cenas copiosas. Lo ideal es que cenes antes de irte a dormir y que sea ligera.
  • Toma duchas templadas y evita las duchas de agua fría porque, aunque rebajen el calor, lo hacen de forma momentánea y a la hora de irse a dormir al cuerpo le es más complicado regular la temperatura.
  • No duermas con el aire acondicionado ya que no es bueno para la salud y puede causar faringitis. Si tu dormitorio es un horno, deja puesto el aire acondicionado antes de acostarte y apágalo al meterte en la cama.
  • Para refrescar la habitación, utiliza ventiladores ya que aunque no generen frío, remueven el aire de una forma más natural. Si colocas un cuenco con hielo debajo del ventilador la sensación será mucho más agradable.