Francisco Umbral, con quien firmó en 1971 el libro "Teoría de Madrid", dijo de él que era el Durero del "underground". Alfredo González Sánchez, conocido por el nombre a secas de Alfredo, que es como firma, sigue a lo suyo cuando ha cumplido los ochenta y cinco años: "Tengo una vértebra tocada después de seis décadas doblado sobre el tablero, pero continúo dibujando".

Asturiano del Mes de LA NUEVA ESPAÑA en abril de 2017, el mismo año en el que le concedieron el Premio Nacional de Ilustración, Alfredo acudió ayer a Gijón para inaugurar en el Museo Barjola "La ventana de atrás. Desmemorias de un dibujante". Es una exposición que incluye 76 dibujos originales de la excepcional autobiografía dibujada por el autor y publicada por Treseditores. Estuvo acompañado por el comisario de la muestra, el editor Mauricio d'Ors.

"Alfredo es un dibujante extraordinario que ha hecho, con estas 'desmemorias', la historia de la España de los últimas décadas", explicó d'Ors. Fue este editor quien le animó a la recreación en dibujos de las memorias que Alfredo quería escribir. Es un artista que ha dibujado con singular talento la vida de ciudades como Madrid, Nueva York o Moscú. "Es un artista nada relamido en sus resultados, que trabaja con gran libertad, sencillez y rotundidad; de los defectos hace virtud", resumió D'Ors.

Alfredo trabaja con lápiz, rotulador, sus colores. Y ajeno a las nuevas tecnologías y al ordenador. "La ventana de atrás" está dibujada en dos colores, los "stendhalianos" rojo y negro". Y hasta se dibuja a sí mismo -el pantalón en los tobillos- sentado en el váter cotidiano. Como todos nosotros.