"Eso no fue una restauración, fue una venganza". Así de contundente se mostró Genaro Alonso, Consejero de Educación y Cultura del Principado de Asturias, al respecto de la intervención de tres tallas datadas en los siglos XV y XVI que se localizan en la ermita de Rañadoiro (Tineo) por parte de una vecina, María Luisa Menéndez. La mujer aplicó pintura sobre las imágenes, en una actuación que recuerda a lo sucedido con la "restauración" del "Ecce Homo" de Borja (Zaragoza) en 2012, y que ha generado una polémica nacional.

Menéndez, que asegura que tenía el permiso del párroco, Arturo García, para pintar las imágenes, intervino sobre tres tallas: un conjunto de Santa Ana con la Virgen y el Niño, una imagen de San Pedro y otra de la Virgen con el Niño. El sacerdote ha rehusado hasta ahora hacer declaraciones sobre la polémica, y el arzobispado de Oviedo guarda silencio en espera de que se aclaren las circunstancias en las que se intervino sobre las tallas.

Genaro Alonso reveló que se ha encargado un expediente informativo sobre la intervención: "Hemos encargado a Otilia Requejo (Directora General de Patrimonio Cultural) que abra un expediente informativo al respecto, que puede llevar aparejado un expediente sancionador", explicó el consejero en rueda de prensa. El responsable de Cultura añadió que "esto está previsto en la Ley de Patrimonio y así obraremos a pesar del disgusto".

Pese a la contundencia con la que se pronunció en consejero, son ahora los técnicos de la Dirección General de Patrimonio los que tienen que estudiar el caso y elaborar el preceptivo informe recomendando las actuaciones a seguir por parte de la administración. Alonso, en todo caso, no descartó que puedan exigirle "responsabilidades al párroco de la ermita si se verifica su implicación". A pesar de ser la ermita y sus tallas propiedad de la Iglesia, se trata de patrimonio protegido, y por ello "la Dirección General de Patrimonio es la responsable de su conservación", sentenció Alonso.

La polémica por la intervención de Menéndez desbordó las fronteras asturianas y se convirtió en "trending topic" tras su publicación, en la tarde del miércoles, en la edición digital de LA NUEVA ESPAÑA. Las redes se llenaron rápidamente de comentarios entre jocosos e indignados y montajes que comparaban las tallas de la ermita de Rañadoiro (núcleo también conocido como El Rañadorio por sus habitantes) con marionetas o muñecos de Playmobil. En la pequeña localidad tinetense, en cambio, la polémica ha sido recibida con sorpresa, toda vez que las figuras llevan varios meses depositadas en la ermita tras la intervención, y habían pasado desapercibidas hasta que días atrás salieron en procesión por las fiestas.

"No es una restauración, yo no soy profesional. Sólo las pinté porque estaban horrorosas", aseguró María Luisa Menéndez en declaraciones a este periódico. Sobre la selección de colores, la mujer asegura que los eligió "como a mí me gustó". La intervención fue contestada por Luis Suárez Saro, el restaurador profesional que intervino sobre las tallas en 2003, y que calificó la acción de Menéndez de "aberración". Saro precisó además que la aplicación de pintura puede haber dañado de forma irreversible las tallas, dos de las cuales tenían restos de pintura. La Asociación Profesional de Conservadores y Restauradores de España (ACRE) ha denunciado la intervención de María Luisa Menéndez a través de las redes sociales.

La polémica intervención sobre las tallas de la ermita de Rañadoiro se une a otras desafortunadas actuaciones de particulares sobre bienes patrimoniales. La "restauración" del "Ecce Homo" de Borja en agosto de 2012, por parte de Cecilia Giménez, una vecina del lugar, generó una polémica de alcance internacional. Una situación que se repitió en mayo de este año en Estella (Navarra), cuando los operarios de Karmacolor, un taller local, ejecutó una deficiente restauración de una talla de San Jorge fechada en el siglo XVI. El Gobierno de Navarra investiga la intervención.