La gijonesa Cristina Álvarez y su familia están un paso más cerca de volver a casa, tras más de un mes "atrapados" en Ucrania al no conseguir registrar a su bebé obtenido por maternidad subrogada, legal en el país. El consulado español en Kiev ha comenzado a citar esta semana a la treintena de familias españolas varadas en el país. A Cristina y a su familia los esperan el próximo martes: "Parece que el infierno llega a su fin; estamos deseando volver a casa pero aún nos queda, por lo menos, un mes más".
Álvarez acudió al país junto a su marido y su hijo de nueve años el pasado 30 de julio a buscar a Carmen, el nuevo miembro de la familia. Aunque ella lo compensa todo, los días de espera ya pesan. Esta familia asturiana celebra que el consulado de Kiev haya desbloqueado la situación y comiencen a registrar a los recién nacidos, un requisito fundamental para que los niños obtengan la nacionalidad española que dejó de hacerse el pasado mes de agosto "sin darnos ninguna explicación", critica la afectada. El Consulado paralizó las tramitaciones alertado de casos de mala praxis médica asociada a procesos de reproducción asistida y de posible tráfico de menores. Treinta familias españolas se quedaron allí con sus hijos pero sin posibilidad de traerlos a España.
"Hace quince días nos reunió el cónsul y nos dijo que buscaría una solución; ahora han decidido que vuelven a la normalidad y registran otra vez a los bebés como se venía haciendo. Por fin tenemos una solución, pero para mí es muy lenta", explica Álvarez. Critica que, tras tanto tiempo de espera, los procesos se dilaten aún más.
La treintena de familias españolas "atrapadas" en Ucrania están siendo citadas para entregar la documentación necesaria para hacer el registro de los bebés y pagar las tasas del pasaporte pero éste no estará listo hasta dentro de tres semanas, según les dicen. "Seguro que hay una forma más rápida de hacerlo pero falta voluntad", sentencia Álvarez, que no esconde su enfado con el gobierno español. Cree que les han "maltratado" con meses de desinformación y sin ofrecerles ningún tipo de ayuda. Su familia costea todos los gastos de vivir en el país más tiempo del previsto. Además, han consumido todas las vacaciones de este año y del próximo y su hijo de nueve años, allí con ellos, no ha podido empezar al colegio. A pesar de todo, no tienen pensado emprender acciones legales y sólo quieren olvidar lo sucedido y volver a casa.
Han sido meses difíciles en los que abrazar a su bebé ha sido el único consuelo. "Carmen es un amor, estamos encantados con ella pero queremos poder compartir esta felicidad con nuestra familia en España, que nos esperan impacientes desde hace mucho tiempo", confiesa.
Aunque cuando comenzaron los problemas para tramitar el registro de los bebés la embajada española en Ucrania desaconsejó iniciar procesos de maternidad subrogada "por no tener cabida en el ordenamiento jurídico español", Álvarez anima a las familias a hacerlo. "Aquellos que no puedan tener hijos tiene que saber que nuestra experiencia con la agencia encargada de este tipo de prácticas como con la madre gestante ha sido perfecto; nuestro único problema ha sido con el gobierno de nuestro país. Es triste".
