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La app asturiana que viajó con Google a EE.UU. se rebela contra el modelo americano

"Decimos no a los fondos de inversión porque no queremos perder nuestros valores", defiende Daniel Suárez, fundador de Zapiens

Daniel Suárez, primero por la derecha agachado, junto al resto de participantes en el evento de Google en San Francisco.

"¿Seguimos como estamos o metemos fondos de inversión?". Ésta es la pregunta a la que tuvo que responder Daniel Suárez, fundador de la aplicación Zapiens, tras su viaje a San Francisco de la mano de Google. Acudió a Estados Unidos en agosto junto a otras trece empresas de todo el mundo porque el gigante tecnológico estaba interesado en su buscador para empresas basado en la inteligencia artificial. Pero a Suárez no le convenció el modelo americano.

El viaje a Estados Unidos de esta aplicación asturiana que nació hace tres años se les presentó como una gran oportunidad para crecer y, quizá, cumplir uno de sus objetivos: que Google comprase su plataforma. Sin embargo, durante su estancia en San Francisco tuvo claro que aquello no era para él. "No queremos perder nuestros valores, no queremos el modelo de crecimiento acelerado de los americanos basado en fondos de inversión; eso no nos permitiría vivir en Asturias, ni contratar a asturianos en el exilio", sentencia Suárez. La empresa ha fichado en los últimos años a profesionales de la región que trabajaban en el extranjero, que conviven con empleados de Inglaterra, Uruguay o Rumania.

Todas las empresas que compartieron casa con Zapiens en San Francisco en unas jornadas de convivencia al estilo "Gran Hermano" sí aceptaron la propuesta. Les costó entender la decisión de Suárez, pero él se siente ahora más libre que nunca. "Nos reunimos con fondos de inversión muy potentes pero, aunque tendríamos muchos más millones y no pasaríamos penurias para seguir creciendo, preferimos quedarnos como estamos, crecer de manera orgánica". Aún así, se siente muy agradecido con Google por la oportunidad que le brindó a su empresa.

Zapiens -antes Blunder- comenzó como un juego de preguntas y respuestas, similar al Trivial, que servía a las empresas para impartir cursos de formación a sus empleados de forma amena. Después llegó una segunda fase de crecimiento con la inteligencia artificial. Entonces implementaron su herramienta de formación con la inteligencia de un robot capaz de responder a los trabajadores de una compañía qué empleado podría ayudarle a hacer un logotipo, entender algún aspecto de la nómina o contratar algún servicio externo.

Esta start up vende su producto a las empresas y su crecimiento en los últimos años ha sido destacable. Se comparan con una granja de gallinas. Ellos creen en una producción ecológica y no en una "nave llena de jaulas con gallinas produciendo sin parar". Su visión sostenible de la tecnología casa con el evento que celebran estos días en Somiedo los trabajadores de Zapiens junto a otros especialistas del sector para debatir sobre los retos de la transformación cultural y tecnológica. Aunque la cita estaba programada antes de San Francisco, Suárez considera este encuentro más necesario que nunca. En Somiedo, Zapiens vuelve a sus raíces y mira al futuro sin el modelo americano en el horizonte.

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