Los enigmas que aún esconde el yacimiento de Lucus Asturum están más cerca de resolverse. Hoy comenzó la excavación del asentamiento romano de Lugo de Llanera, un trabajo pendiente desde que la arqueóloga asturiana Carmen Fernández Ochoa trabajase en la zona en 1995. Y el inicio no ha podido ser más prometedor: el equipo que dirige la arqueóloga Esperanza Martín ha recuperado piezas cerámicas y tégula romana a escasos centímetros de la superficie.

"El principal objetivo es confirmar la presencia romana en el yacimiento ya que las últimas excavaciones se encontraron restos de necrópolis medievales", sostiene Esperanza Martín. A tenor de las estructuras que aparezcan, se podrá determinar una de las mayores incógnitas: si se trata de una gran ciudad o, por el contrario, de la unión de pequeñas poblaciones dispersas. La previsión es que las excavaciones duren alrededor de un mes.

Un equipo formado por ocho o diez personas (dependiendo del día) se encargan de abrir un sondeo de unos 15 metros de largo en la finca de La Castañera, en La Morgal. La primera semana, explica Martín, se dedicarán únicamente a excavar para confirmar los resultados del georadar. Varios puntos en la finca marcan la presencia de restos arqueológicos de gran envergadura.

Martín marcó ayer sobre el terreno con estacas la zona donde hoy comenzará a excavar junto a su equipo. En esta primera toma de contacto asegura sentirse muy arropada por los propietarios de las fincas y por el ayuntamiento de Lugo de Llanera, que financia íntegramente los trabajos en Lucus Asturum, con una inversión de 15.000 euros. El concejal de cultura del consistorio, Alfredo Rodríguez, espera localizar "un buen número de cerámica y materiales de construcción; a partir de ahí, que la ciencia hable para datar su cronología". La excavación durará alrededor de un mes y los hallazgos irán al Museo Arqueológico de Asturias.