Uno de los "platos fuertes" de la temporada en el Museo Bellas Artes es, a juicio de su director, Alfonso Palacio, la obra invitada: "Retrato" (1934-1935), del artista asturiano Luis Fernández. Esta pieza, procedente del Museo Reina Sofía, resulta de gran valor para la pinacoteca asturiana, que pretende potenciar la figura del artista en los próximos años.

El retrato en blanco y negro llegará a Asturias en noviembre tras un largo período de conversaciones con el museo madrileño. "Estábamos muy interesados en esta obra porque queremos que dialogue con otra de las obras de Luis Fernández, una anamorfosis que representa al mismo personaje y que pertenece a la colección permanente del Bellas Artes", explicó Palacio.

El museo cuenta con una obra de Luis Fernández "Sin título" (1935-1936) que se caracteriza por su peculiar figuración. Es una colorida anamorfosis, una deformación de la perspectiva pictórica que obliga al espectador a situarse en un punto determinado para obtener una visión correcta de la obra, que plasma al mismo modelo que la pieza del Reina Sofía, de 1934-1935, pero la forma de hacerlo es totalmente diferente. El tratamiento museológico de este misterioso personaje será "peculiar", adelanta la dirección de la pinacoteca.

La idea es juntar las dos obras en una misma sala para que interactúen y dialoguen. El discurso artístico se podrá ver del 15 de noviembre al 12 de febrero.

Luis Fernández (Oviedo, 1900-Paris, 1973) es uno de los creadores más importantes del siglo XX y "el museo quiere prestarle mayor y mejor atención en los próximos años", tal como adelantó el director de la pinacoteca.

La última exposición del artista ovetense se hizo en el año 2000, a raíz del aniversario de su nacimiento, pero Palacio considera que es momento de "volver a revisar" la obra de Fernández con "una gran exposición que, además de verse en Asturias, pueda viajar también al extranjero".