La excavación que busca esclarecer el misterio de Lucus Asturum, en La Morgal (Llanera), ha tenido un comienzo esperanzador. Ayer, en la que era la primera jornada de trabajo, el equipo que lidera la arqueóloga Esperanza Martín recuperó ya numerosos fragmentos de tégula romana y trozos de cerámica de distintas épocas, a escasos centímetros de la superficie. Unas piezas, varias de ellas de procedencia romana, que hacen presagiar una fructífera primera campaña en el yacimiento de La Morgal, cuyo objetivo es profundizar en el conocimiento del núcleo romano que dio origen a Lugo de Llanera, su naturaleza -si se trataba de una gran ciudad o de una sucesión de pequeños núcleos- y evolución.

"El inicio es mejor de lo esperado. Estamos en la parte más dura, que es la de retirar el tapín, el extremo más superficial, aunque no sean más de 20 centímetros. Hay una zona de arado en la que se mezcla todo, aunque en esta excavación en concreto hemos tenido suerte porque parece que hace mucho que no se ha arado, y están apareciendo varios materiales", explica Martín.

En concreto, el equipo de arqueólogos y voluntarios que trabaja en el yacimiento recuperó diversas piezas cerámicas de diferentes épocas. Entre ellas, recuperaron varios platos de cerámica de Faro y piezas que por su naturaleza pueden ser del siglo XVIII, pero también numerosos fragmentos tégula romana y, aún por la mañana, fragmentos de un vasito globular de manufactura romana del noroeste. "No esperábamos que las primeras evidencias arqueológicas salieran a una distancia tan corta de la actual superficie de tránsito. Los resultados, sobre todo para tratarse de un primer día de excavaciones, son muy buenos", sostiene Esperanza Martín.

Y eso que las perspectivas no eran tan halagüeñas a primera hora: al llegar al lugar de la excavación, el equipo se encontró con que los "amigos de lo ajeno" habían hurtado parte de las herramientas que habían depositado en la finca la jornada anterior. Además, el intenso sol hizo que las primeras horas de la jornada se hiciesen especialmente duras, pero la rápida aparición de materiales fue un acicate para el equipo.

En la jornada de ayer había ya una decena de personas trabajando en el yacimiento, entre ellos varios voluntarios procedentes del Grupo de Investigación Histórica de Laviana. "Es un lujo poder contar con ellos y con un grupo de voluntarios grandes", explica Martín. Cuando los trabajos estén más avanzados, se unirá al grupo la restauradora Bárbara Güimil, que trabajará sobre las piezas recuperadas. "No sabemos la profundidad a la que tendremos que excavar, pero vamos a llegar hasta el fondo, hasta agotar la estratigrafía", asegura Esperanza Martín, que también agradece la disponibilidad de los propietarios de la finca para .

La excavación está financiada por el Ayuntamiento de Llanera, que ha destinado 15.000 euros a los trabajos. El concejal de Cultura, Alfredo Rodríguez, está en contacto permanente con el equipo que lidera Martín y se muestra esperanzado por los resultados que pueda arrojar una excavación que tiene especial interés para los llanerenses, deseosos por despejar los enigmas de su pasado romano.