Más de la mitad de los jóvenes españoles (el 55,4%) está pendiente constantemente del teléfono móvil. En tres años se ha disparado (del 31,3% al 43,2%) el porcentaje de los que duermen menos horas por estar conectados a las redes sociales y eso pese a que más de la mitad de los usuarios entre 14 y 24 años son muy conscientes de que esta actividad supone una pérdida de privacidad y de que en el mundo digital los engañan "muchas veces". Los jóvenes españoles son conscientes del precio que pagan en pérdida de tiempo, sueño, seguridad y privacidad, pero aún así llegan a hablar de "adicción beneficiosa" o "bendita dependencia".

Estas son algunas de las conclusiones del estudio presentado por el Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud en colaboración con la Fundación Mapfre. En una encuesta a 1.400 personas entre 14 y 24 años analizaron los usos, prácticas y riesgos de este segmento de la población en el mundo virtual, una actividad que está relegando a otras al estudio, la lectura, el deporte o el sueño. Un 49% de los encuestados se siente "dependiente" de sus móviles y redes. Este porcentaje de adictos digitales es tres puntos mayor que el registrado en 2015. Síntoma de ello es que la mitad de los jóvenes preguntados admitieron sentir con mucha frecuencia el llamado "Fomo", de sus siglas en inglés "Fear of missing out", quedarse fuera de onda. Ese "fomo" les genera "un fuerte impulso de comprobar el teléfono para ver si ha pasado algo nuevo".

El estudio ha encontrado percepciones beneficiosas en el uso de las redes. Cuatro de cada diez jóvenes, especialmente los hombres, dicen que su actividad digital aumenta la autoestima. En general, los jóvenes mantienen un discurso que resalta las ventajas frente a los inconvenientes. Pero hay datos que llaman la atención a los autores del estudio.

Por ejemplo, aparece "una preocupante minoría significativa del 22% que apuesta online". También hay un 34% de entrevistados que reconocen haber sufrido a través de las redes situaciones graves de maltrato como amenazas, insultos o bromas pesadas. Y un 9,2% admite que usa las redes para maltratar. El análisis del Centro Reina Sofía profundiza en este aspecto y detalla que, entre aquellos que han sufrido algún tipo de maltrato, hay un 19,5% que admite haber ejercido ellos a su vez algún tipo de maltrato. En este grupo, el porcentaje de maltratadores está diez puntos por encima de la media, "lo que indica que existe el doble de posibilidades de ser maltratador si se ha sufrido maltrato". El 70% de los entrevistados tiene la percepción de que el acoso en redes es "bastante o muy frecuente" y "mucho más frecuente lo que se dice".

El tipo de contenidos que consumen también ofrece indicios preocupantes. Dos de cada diez jóvenes entre 14 y 24 años admiten que en el último año han visitado webs de contenido duro y peligroso. Si parcelamos esos contenidos, los datos indican que el 38,1% visitó páginas "donde la gente publica mensajes que atacan a ciertos individuos o colectivos"; el 33% entró en páginas sobre el consumo de drogas; el 28,6% visitó webs "donde la gente habla sobre cómo estar extremadamente delgado"; el 23,2% consultó páginas "donde la gente habla sobre maneras de hacer daño a otras personas"; el 21% buscó informaicón sobre cómo autolesionarse y el 24% vio "imágenes o contenidos explícitamente violentos o sexuales que le hicieron sentir mal".